La maquinaria de la Semana Santa ya ha comenzado a rodar con el impulso de cientos de fieles ibicencos que quieren tener todo a punto para la celebración de la Pasión.

Es el momento del año más esperado por las cofradías de Eivissa y Santa Eulària, nada menos que once numerosos grupos de penitentes que han tomado el testigo de esta tradición católica que tuvo su particular historia en la isla.

Algunas son más antiguas que otras, como es la cofradía del Santísimo Cristo del Cementerio, que lleva 115 años, pero todas siguen una tradición que, de acuerdo al padre Pedro, vicario de la iglesia de Santa Cruz, se remonta a la edad media: «Que el penitente se tape la cara es algo que viene de entonces. Lo que ocurre es que en esa época no se usaban capuchinos sino sólo una tela», señaló el párroco sobre el rasgo más característicos de los fieles, que también tiene su explicación: «El capuchino es para que nadie pueda distinguir quién hace la penitencia».

La historia de las cofradías de Santa Eulària, se remonta a las décadas de los 40 y los 60. Actualmente están unidas por la asociación Puig de Missa, que se encarga de coordinar a los grupos de fieles y a toda la procesión de Semana Santa. Nació en 1997 con el fin de hacer resurgir una tradición que se vio interrumpida en 1973 por la falta de apoyo popular. «Surgió a través de cuatro personas que quisimos seguir con la tradición de nuestros padres», aseguró el secretario de la asociación, Juan José Noguera. Lo mismo ocurrió en Eivissa, durante esta época encaminada a la transición democrática. «Lo que ocurría es que en la dictadura española había más religiosidad y, con la llegada de la democracia, la gente la dejó apartada. Pero no tiene nada que ver con lo que pasa ahora, porque se puede ver cada Viernes Santo la cantidad de gente que se convoca», destacó Manel Machena, presidente de la cofradía del Smo. Cristo de la Agonía de Eivissa.

Son cientos de cofrades que además de organización necesitan algún tipo de financiación para todo lo que sea arreglos, innovaciones, y por supuesto, trajes. En Eivissa cada cofradía tiene sus propias formas de subvención. Los cofrades del Santísimo Cristo de la Agonía, por ejemplo, lo hacen por medio de donativos. Veinte euros anuales, o lo que se pueda, por cada uno de los 130 integrantes, cuyos trajes mandan a confeccionar de forma particular a unos 200 euros cada uno. Manolo Fernández es el sastre que realiza los capuchinos y los trajes de estos penitentes. Según sus cálculos, en 30 años confeccionó 2.000 trajes, y cada año hace una media de 30 por Semana Santa. «Cada cofradía tiene su modelo y color , que se diferencian en la túnica y la capucha», comentó.

Por otra parte, los hermanos mayores de las seis cofradías de Santa Eulària comparten amistad y devoción. Su asociación cuenta con una financiación anual que va de 20.000 a 25.000 euros, que recaudan entre ellos, de una lotería, de empresas, particulares e instituciones y que utilizan en una u otra cofradía según haga falta.

Por ello, el año pasado compraron una corona de oro y plata para la Dolorosa, y éste, la cofradía del Cristo Nazareno estrenará un paso para bajar la imagen en andas, al igual que Los Romanos, que también estrenarán un guión de estructura metálica con las siglas 'Ins Au', de Ínsula Augusta, la inscripción que se encontró en Eivissa en las monedas de la época romana. Luciana Aversa