Caperucita y el lobo, Blancanieves, Aladino y otros personajes
de los cuentos infantiles encarnados por los vecinos de Cala de Bou
abrieron ayer la rúa de Carnaval de Sant Antoni, que comenzó con 15
minutos de retraso en la avenida Doctor Fleming. Fue sólo el
principio del estallido de color, alegría y música en el que se
convirtió ayer el desfile, más lucido que otros años por la gran
participación que elevó a 31 el número de carrozas, comparsas y
disfraces individuales.
Por las calles de Sant Antoni se pudo ver de todo. Por ejemplo
carrozas y comparsas que hacían alusión a temas de actualidad. Una
de ellas era «La boda de Farruquito» en la que las integrantes del
Club Gimnasia Rítimica Portmany se montaron toda una boda gitana
con el bailaor danzando frenéticamente y donde no faltaron ni
lunares ni guitarras. Otra fue la comparsa de David Meca, que quedó
quinta en el apartado de carrozas y comparsas. El nadador, en traje
de neopreno y acompañado de pulpos, emulaba la gesta del
deportista, eso sí, con un cartel en contra de los proyectos
viarios en la espalda que rezaba «Meca go'n l'autopista». Otro de
los personajes mediáticos que desfiló sobre la calzada de Sant
Antoni fue un Fernando Alonso un tanto especial que se hacía llamar
«Frenando Afondo» y que, con un coche patrocinado por «Timofónica»,
ganaba premios y se subía a un pequeño podio.
Sin embargo una de las carrozas más aplaudidas fue la de los
mayores de Sant Rafel, que este año se disfrazaron de caramelos
bajo el título de «La dulzura de los años». Pese a la edad, los
integrantes de esta agrupación, que quedó cuarta, bailaron
dirigidos por un caramelo color rosa que les marcaba el ritmo de la
coreografía. Pero quizás los que animaron más al publico con sus
bailes y con el potente equipo de música que llevaban fueron los
integrantes de la escuela de baile Estudio Capricorn que emulaban
el musical de Mecano, «Hoy no me puedo levantar». No en vano se
llevaron el primer premio. Al ritmo de las canciones de este mítico
grupo de los 80, decenas de bailarines ataviados con flores
hawaianas al más puro estilo «Hawai Bombay», un Dalí y varias niñas
disfrazadas del reloj de la Puerta del Sol en referencia a la
canción «Un año más» animaron con sus bailes a los miles de
personas que se acercaron a ver la rúa. Otros de los más bailongos
fueron los «Studio 54 de Es Pratet», que vestidos de discotequeros
de los 70, movían el esqueleto a bordo de una sofisticada
carroza.
En cuanto a grupos de escolares, destacaban «Los galácticos» de
Can Coix, que a ritmo de un animador se movían luciendo sus
brillantes trajes de marcianitos. Este centro se llevó el segundo
premio en su categoría, en la que quedaron vencedores los gatos del
Colegio Santísima Trinidad.
Pero hubo mucho más. Orugas, bichitos, una carroza con fuegos
artificiales incluidos que fue la pesadilla de los perros que
asistieron con sus dueños a ver el desfile, excavadoras, girafas y
gatos de todo pelaje.
Entre las comparsas y parejas más curiosas, unas graciosas
mujeres de limpieza y «Es quatre gats», cuatro bellas felinas, muy
ligeritas de ropa, que arrastraban un pequeño ratón de juguete y
jugaban con una pelotita negra.C. Roig
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