El alcalde de Sant Joan, Antoni Marí, Carraca, reconoce que «no le
gusta nada» la actividad de la cantera de Can Carabassó, así como
«su relativa proximidad» al núcleo de Sant Miquel, aunque recuerda
que se trata de una explotación que tiene más de 30 años de
antigüedad y que el Ayuntamiento tiene la obligación de tramitar la
solicitud de legalización de la actividad. Esta cantera se incluye
en el Anexo II del plan Director Sectorial de Canteras y, por
tanto, al amparo de la ley de acompañamiento de los presupuestos de
la comunidad de 2006, dispone de la declaración de interés
general.
El primer edil apunta que el Ayuntamiento debería haber
regularizado esta actividad hace años. «Nosotros somos los primeros
que queremos cumplir la legalidad». El Ayuntamiento, según Antoni
Marí, «no puede obviar la presencia de esta cantera, que, insiste,
funciona desde hace al menos 30 años. «No es nada nuevo. Aunque
personalmente no me gusta, nos hallamos ante un hecho consumado y
no podemos girar la cara hacia otro lado», manifiesta.
El Ayuntamiento, dice su alcalde, pedirá «todos los informes
necesarios para imponer «todas las medidas correctoras que sean
necesarias». Sobre la proximidad de algunas viviendas, Antoni Marí
dice: «Como la cantera funciona desde hace tantos años, yo no sé si
primero se abrió la cantera o se construyeron las casas. No lo sé,
ni estoy por analizar eso», apuntó. En este sentido, el Grup
d'Estudis de la Naturalesa (GEN) afirma que se trata de una
actividad ilegal y que, por ello, el Ayuntamiento debería abrir un
expediente de infracción. «Yo no lo sé», responde Antoni Marí, «los
técnicos y abogados son quienes dirán si cabe o no abrir
expedientes de infracción o conceder la licencia. En todo caso,
Marí insiste en que con una licencia se podrán «imponer unas
restricciones que hasta ahora no existían».
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