Viajaron hacia donde las podían necesitar y, una vez allí, no
tardaron en organizarse para sobrevivir y ser solidarias al mismo
tiempo.
Belén Liñan, de Eivissa, y sus amigas Elena Rosselló y Laura
Torres viven los problemas de Marruecos desde dentro. Llevan cuatro
meses en la ciudad de Larache, ubicada al norte de Marruecos, entre
Tarifa y Rabat, y allí se ganan la vida como profesoras de inglés y
español, y colaboran también con la asociación marroquí Hanane, que
tiene todo tipo de proyectos en este país: lucha por los derechos
de las mujeres, financia métodos de potabilización de agua y se
encarga de los niños huérfanos de Larache. En la actualidad, la
asociación colabora con un centro de acogida de menores donde viven
niños y jóvenes de entre 3 y 18 años que no han sido adoptados aún
y con una casa cuna, preparada para albergar a una veintena de
bebés huérfanos, un lugar que acaba de ser construido.
Estas tres profesoras, que se encuentran ahora en Eivissa,
aprovecharán su estancia para buscar la solidaridad de los isleños
para con los bebés huérfanos de este lugar, que necesitan todo lo
que pueda conformar el mobiliario de su casa cuna, así como ropa,
cochecitos, mantas, toallas, sábanas, juguetes y sillas, entre
muchas otras cosas.
«Tuvimos la idea de pedir la colaboración del Ayuntamiento de
Sant Antoni para que la gente de la isla nos ayude regalando a
estos niños todo lo que a nosotros ya no nos hace falta», explica
Belén, que junto a sus dos amigas recogerá todo lo que los
ibicencos quieran donar a estos niños y jóvenes marroquíes de 0 a
18 años. «Porque después de la casa cuna está el centro de acogida,
donde están los niños más grandes y donde todos tienen cama y
comida, y además hacen talleres ocupacionales; por eso pedimos
también para ellos también», destaca esta licenciada en filología
inglesa.
Las jóvenes profesoras recibirán las donaciones en la carpa
municipal de Sant Antoni, el jueves y el viernes de 12,00 a 14,00 y
de 17,00 a 19,00 horas; y también lo harán hasta el 13 de enero de
9,00 a 13,30 horas en las oficinas del Ayuntamiento de Sant Antoni,
que además correrá con los gastos de envío.
«Nosotras volveremos allí y seguiremos haciendo cosas para
colaborar en lo que sea necesario. Vivimos de dar clases de idiomas
para adultos y cada vez tenemos más alumnos. Es gente que espera
visado porque tiene la oportunidad de venir a España o que quiere
aprender inglés por razones comerciales; y cobramos un precio
reducido, ellos pagan 8 euros por mes, que son 80 dirhans al cambio
y que se lo pueden permitir», asegura Belén.
«Hasta 1950 Larache fue española y por ello mucha gente mayor de
allí habla español. Lo que pasa es que es un lugar sin trabajo para
su gente por lo que todos se quieren venir para España. Su mafia de
pateras también es importante, pero ese es otro tema. Nosotras
fuimos en persona a ver lo que necesitan y ahora buscamos más gente
para que nos eche una mano».L.A.
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