Todas la celebraciones serán especiales esta noche. Sentados a
la mesa, familias y amigos festejarán la llegada del 2006 y las
uvas de la suerte volverán a llevarse los buenos deseos de los
festejantes. En ese mismo ambiente, que pretende ser acogedor,
festivo y divertido, celebrarán la Nochevieja al menos 30 personas
sin hogar que cenarán juntos en el salón del Centro de Día de
Cáritas.
Un menú especial para una fiesta especial que tendrá lugar
alrededor de una larga mesa con platos elaborados en la cocina de
la residencia Reina Sofía, que llegarán listos para ser degustados:
sopa de ave y tapioca con huevo duro y pechuga, y carne al horno
con verduras salteadas será el menú que terminará con las 12 uvas
tal y como marca la tradición. Después cotillón, mantecado y
nueces, y como siempre, sonarán las cuerdas de guitarras
espontáneas para un encuentro que Cáritas organiza desde hace ya 11
años.
«Intentamos que las fechas que para nosotros son especiales sean
también para ellos muy especiales. Por eso también celebramos las
fiestas como Nochebuena y otras fechas muy señaladas», dijo la
trabajadora social Lali Chamorro acerca de los momentos que
comparten estas personas mayores de edad que viven y duermen cada
noche en un albergue o en la misma calle, y que en este lugar han
encontrado un espacio para aprender, relacionarse, ser escuchados y
sobre, todo alimentarse.
«Para Nochebuena armamos un arbolito y les dimos un regalo para
cada uno», agregó Chamorro, sobre los obsequios navideños, que este
año consistieron en kits de higiene personal compuestos por
champús, espuma de afeitar, gel y cuchillas para ellos, y champú,
peine y pintura de ojos para ellas.
Entre los libros, los periódicos y los vídeos que pueblan el
salón de entrada del Centro de Día, destaca una exposición de
fotografías, en las que muchas personas se disfrazan, brindan y se
abrazan para posar ante la cámara con grandes sonrisas en la boca.
Son el recuerdo de la Nochevieja del 2004 cuyo ambiente revivirán
esta misma noche.
Lo que queda
Haciendo cuentas sobre el 2005, Chamorro se queda con el cariño que
recibe de todos los usuarios del Centro de Día donde aseguró
sentirse «como en una pequeña familia». Para esta trabajadora
social, el avance a destacar es el pre-taller que comenzó a
funcionar este año y que les permite a los asistentes progresar
hacia otras actividades y talleres, así como cursos de formación o
trabajos ¿Que echa en falta? Más espacio, porque cada vez el Centro
de Día, para bien o para mal, reúne más y más gente.
Una vez que termina la cena y el brindis, algunos comienzan el
2006 en el albergue, donde duermen, mientras otros lo hacen en la
calle, donde viven. «Por eso intentamos darles un momento de
alegría. Porque para ellos estas también son fechas muy señaladas y
no hay que olvidar que muchos viven muy lejos de sus familias y de
sus amistades», concluyó Chamorro.
L. Aversa
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