A.BASSA /J.SOCIES.
Alrededor de unos 170 payeses con sus tractores, llegados desde diferentes puntos de Mallorca, desafiando la lluvia y el mal tiempo, se concentraron ayer por la mañana en Vilafranca para participar en la tractorada organizada por la asociación Asaja-Balears. Según el sindicato, la convocatoria fue todo un éxito pues se batieron todos los récords de concentración de tractores en las carreteras de Mallorca superando la participación registrada en la tractorada del año 2000.

Los agricultores de las Pitiüses plantean sumarse a los actos de protesta previstos a finales de mes, aunque, según el gerente de la cooperativa agraria de Santa Eulària, Antoni Ferrer, «no afectará a los ciudadanos, como sí pasó con el bloqueo pesquero».

El objetivo de la tractorada de ayer en Mallorca era mostrar al Gobierno central la repulsa del sector ante el aumento del precio del carburante al mismo tiempo que reivindicar la implantación de un gasoleo profesional a un precio estable y de bajo coste. Fue una manifestación pacífica que se desarrolló sin altercados, sin retenciones de tráfico ni ningún caos circulatorio. Era un aviso para navegantes y una advertencia a altos cargos ministeriales. «Estamos aquí. Somos muchos los que sufrimos las consecuencias del incremento y estamos dispuestos a todo para solventar nuestros problemas».

Entorno a las diez de la mañana las previsiones meteorológicas hacían temer una desconvocatoria de la manifestación. Pero todo lo contrario. «Para nosotros es un buen día. Siempre pedimos que llueva», comentaban los payeses a su llegada a Vilafranca. La mayoría llegaba en tractores con cabina, pero otros, los más valientes, lo hacían totalmente al descubierto, algunos incluso llegaron hasta Vilafranca en sus cosechadoras.

La convocatoria empezaba a reflejar su éxito, aunque la lluvia provoco la ausencia de medio centenar de tractores. La participación superó la tractorada del 2000 en la que tomaron parte alrededor de unos 145 tractores concentrados en el paseo marítimo de Palma. Una vez reunidos en Es Cruce, los payeses aparcaron sus tractores en los márgenes de la carretera y se reunieron para «berenar».