El servicio de orientación laboral de Cáritas observa con
preocupación el número de personas en riesgo de exclusión social.
«Las necesidades complementarias de estas personas tanto en el
ámbito social (carencias económicas o falta de vivienda) como de
salud laboral (limitaciones legales para los inmigrantes o escasa
formación) hace muy complejo la consecución de soluciones y
necesario el trabajar con importantes medidas de refuerzo
adaptadas», explicó Cáritas, a través de un comunicado.
El servicio de orientación laboral de Cáritas ha atendido a 305
personas e informado a 498 superando ya el número de usuarios
atendidos en todo el 2004, pese a que falta aún el último trimestre
del año cuando se produce una mayor demanda de este servicio.
La población inmigrante sigue siendo la principal que se atiende
en este servicio. El perfil tipo corresponde a una mujer
inmigrante, latinoamericana, con dos o tres hijos, de 25 a 35 años,
con permiso de trabajo inicial, estudios básicos, escasa formación
complementaria, demandando empleo en sectores de limpieza, cuidado
de personas y servicio doméstico. También hay usuarios procedentes
del Magreb y Europa del Este.
A ellos se suman los inmigrantes recién llegados o que no
consiguieron entrar en el proceso de normalización y que al carecer
de permisos se encuentran en una situación de necesidad. Otro grupo
importante lo conforman personas españolas que por diversas
circunstancias acaban en situaciones de pobreza y marginalidad.
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