Vestidos en telas vaporosas que se mueven suavemente marcando
las pequeñas pero graciosas caderas de sus portadoras. Pieles
tersas y claras en perfecta armonía con los tejidos que las cubren.
Un mar de sugerencia, como la luna reflejada en el agua que se
mostraba en la gran pantalla de una de las salas del Gran Teatro de
Shanghai mientras algunos de sus más de mil rascacielos -hay 6.000
edificios de más de 100 metros en la ciudad- parecían observar
atentamente a través de la inmensa mampara de cristal.
Las cientos de personas que ayer acudieron a la 'I Pasarela Moda
5 Estrellas' de Shanghai quedaron gratamente sorprendidas al
divisar las creaciones llegadas desde ese pequeño lugar del
Mediterráneo tan lejano y desconocido para ellos.
La moda balear, y especialmente la Adlib por su vistosidad y
perfecta combinación con los rasgos asiáticos, triunfaron en un
desfile en el que participaron con sus aportaciones más de veinte
empresas pitiusas.
Antes de su comienzo, ya se palpaba en el ambiente un especial
interés. El auditorio había sido preparado para dar asiento a 400
personas, pero la organización tuvo que habilitar 200 sillas más.
En los ascensores se formó una inesperada cola debido a la llegada
simultánea de tanta gente a una de las salas superiores del
edificio, la cual no influyó ni lo más mínimo en el estado de ánimo
de los nativos: vivir en una ciudad con 17 millones de habitantes
debe curtir bastante la capacidad de aguante. Con algo de retraso,
pero con la expectación intacta, comenzó un acto que se abrió con
la intervención de José Juan Cardona, conseller de Comercio e
Industria, que destacó la variedad cultural de Balears, mencionando
tradición, calidad, diseño e innovación como palabras clave de sus
creaciones.
Dicho esto, la pasarela se convirtió por un momento en una más
de las encantadoras plazas de cualquiera de las localidades de
Eivissa y Formentera. La Colla de sa Bodega deleitó al público con
una original exhibición de ball pagès no exenta de peligro debido a
la estrechez del suelo, salvada con pericia por los seis
integrantes del grupo, y en la que se mostraron todas y cada una de
las capas de las que consta una falda del traje típico. La
parroquia, formada por periodistas de las principales revistas del
país, especialistas y profesionales de la moda, observaba con
atención al mismo tiempo que en sus normalmente inexpresivas caras
se dibujaba una mueca de interés y aceptación.
Y después llegó el desfile, que empezó con la moda más natural
procedente de Eivissa, con creaciones nuevas elegidas por los
diseñadores especialmente para un acto en el que abundó el blanco y
los colores pálidos, aunque colores como el naranja tuvieron una
fuerte presencia, tal y como ocurriera en la pasarela Adlib hace
varias semanas. Después se siguió con un «pret-a-porter» para
continuar con la piel, una de las industrias más importantes de
Balears y en las que se tienen depositadas grandes esperanzas por
sus posibilidades en el mercado Chino. Los trajes de novia y la
ropa a medida también tuvieron su espacio en una muestra en la que
no faltaron las joyas, la bisutería y el calzado típico de la
comunidad. Casi media hora de pase de modelos autóctonos para
mostrar a la gente el efecto que tienen estas ropas en sus rasgos,
seguido con atención y que finalizó con un sonoro aplauso. Algo que
a juicio de Alejandro Alvargonzález, cónsul general de España en
Shanghai, es muy revelador como indicador del grado de interés dado
lo proclive que es el ciudadano de aquí a distraerse en este tipo
de eventos.
Iván Muñoz
(Enviado especial
a Shanghai)
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