La valoración de la temporada turística, ahora que está dando sus
últimos suspiros es difícil de hacer en Formentera por dos motivos
esenciales. El primero es que las estadísticas oficiales hechas por
el Patronat Municipal de Turisme y la que realiza la Federación
Hotelera, no cuadran, pero cuando se habla con los diversos
sectores o zonas de la isla queda claro que cada uno cuenta la
película según le ha ido. Y algunos aseguran que han trabajado como
nunca y que en un símil torero «hemos cortado las dos orejas y el
rabo». Quizás sea la excepción, pero en esta materia todo hay que
juzgarlo en función del cristal con que se mire.
Formentera es uno de los puntos de la geografía española con mayor
número de vehículos per cápita, y al mismo tiempo es uno de los
lugares con mayores problemas de tráfico en plena temporada
turística debido a la escasez de sus infraestructuras viarias. Para
el sector del taxi la temporada ha sido una más, en la que se ha
trabajado como otros años, quizás un poco menos, y en ello
coinciden los profesionales, pero mejor, más seguido excepto claro
está las puntas de agosto y de los días con mal tiempo en el que la
flota, 24 vehículos, no da abasto para atender la demanda. Pero a
diferencia de otros años, señalan la mayoría, no se han producido
colas y retrasos en el puerto, síntoma aseguran que ha venido menos
gente.
Sí es cierto que hay algunas coincidencias, la primera de las
cuales indica que se ha producido una bajada en el número de
visitantes pero muy lejos de las previsiones tan pesimistas que se
hicieron a principio de temporada, o mejor dicho, coincidiendo con
la moción de censura al entonces tripartito que lideraba Juanma
Costa. Ese momento supuso un punto de inflexión en todo lo que se
relacionaba con el turismo. De un día para otro lo bueno era malo y
viceversa.
Pero las previsiones catastrofistas no se han cumplido, y el
sentimiento general es que ha sido una buena temporada, no tanto
para algunos como la anterior, aunque en esto hay diferentes
opiniones, y todos son conscientes de que pese a que en los últimos
años se va perdiendo poco a poco la afluencia de visitantes de hace
un lustro o algo más, cuando la guerra de Yugoslavia a finales de
los 90 generó un boom espectacular, los empresarios de Formentera
son conscientes de que las mejores temporadas nunca pueden ser
referencia absoluta para valorar el momento actual. Y sobre todo,
que hay que mirar siempre hacia el futuro habiendo aprendido de los
errores del pasado.
Y por eso hay coincidencia en la necesidad de no depender en
exceso del monocultivo italiano y muchas voces apuntan a que el
turismo nacional, en especial el procedente de la cuenca
mediterránea, ha sido en muchos momentos el que ha tapado huecos
que el turismo exterior dejaba huérfanos. las tendencias, marcando
ellos los caminos que otros países han seguido después en cuanto a
destinos turísticos.
El responsable del servicio de transporte por carretera con
autobús, ha señalado por su parte que excepto agosto y setiembre en
que los autobuses han transportado muchos viajeros, en el conjunto
de la temporada la media de ocupación de los autobuses ha
descendido alrededor de un 16% por lo que considera, el dirigente
de Autobuses Paya, que la temporada no puede calificarse ni buena
ni mala, tan solo regular.
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