Los animales fueron unos de los grandes protagonistas de la función. Foto: SONIA GAITAN


Fue una tarde mágica para todos, especialmente para aquellos que todavía no habían visto un animal de la selva en directo. Se les reconocía porque sus ojos no pestañeaban y su boca no se podía cerrar. Fue la gran tarde de circo del Club Ultima Hora, un evento que se ha convertido en un clásico para los lectores de este diario, que una vez más agotaron las entradas gratuitas que se podían recoger en la sede de la calle Antoni Jaume de Eivissa. Sobre las siete de la tarde la gente comenzaron a llegar a las instalaciones del circo los primeros espectadores, sobre todo familias con niños pequeños. Pausadamente y con grandes sonrisas padres e hijos entraban dispuestos a pasar una agradable tarde con las diferentes actuaciones programadas para la ocasión, con el aliciente de la montaña de premios que sabían que se iban a sortear, para hacer, si cabía, aún más emocionante el espectáculo. Los leones, protagonistas de la primera parte, fueron los que más admiración levantaron. Algunos, incluso, fueron incapaces de evitar alguna exclamación, en respuesta a los rugidos de estos grandes felinos, reyes de la selva, que tantas y tantas veces habían visto en las pantallas del cine y la televisión. Luego llegarían los payasos, trapecistas y malabaristas. Una tarde que los más pequeños jamás olvidarán.