El abogado de los propietarios del bloque de apartamentos del
Residencial Vista Alegre, Josep Lluís Ríos, expresó ayer a este
periódico su confianza en que las compañías aseguradoras de las
empresas Túneles y Taludes S.L. (TES) y HO Geofísica balear hagan
una oferta económica a los afectados para evitar un proceso
judicial. La propiedad apuntó desde el primer momento hacia TES y
HO como responsables del desplome del inmueble. Estas empresas son
las que diseñaron y ejecutaron el proyecto de consolidación del
edificio en 2002 cuando se detectó por primera vez la inestabilidad
del terreno.
A priori, cuenta Ríos, cada uno de los propietarios de los
apartamentos del Residencial tendrá que hacer frente a una parte
del coste de la reconstrucción del inmueble. «Así lo estoy
informando», afirma el letrado, quien, no obstante, mantiene «una
cierta esperanza» de lograr una indemnización por parte de TES y
HO, ya sea a través de una sentencia judicial o un acuerdo con sus
compañías de seguros: «Tenemos toda la documentación necesaria para
iniciar acciones judiciales contra estas dos empresas, pero no
descartamos que sus compañías aseguradoras puedan hacer una oferta
razonablemente aceptable».
Ríos entiende que ésta sería «una solución útil» para la
reconstrucción del inmueble. «Las compañías de seguros son muy
sensibles a estas cuestiones», afirma el abogado del Residencial,
que compara este siniestro como el que pueda sufrir «una persona en
un accidente de tráfico»: «Las aseguradoras normalmente prefieren
hacer una oferta puesto que las repercusiones de un proceso
judicial pueden ser peores».
Precisamente, el director de HO, Raimundo Gómez, aseguraba hace
unos días a este periódico que los propietarios echan la culpa a su
empresa porque «buscan un cabeza de turco con seguro y
políticamente pequeño para que pague los daños»: «No sé quien es el
responsable, pero nosotros informamos por escrito a la propiedad de
lo que iba a pasar si no se tomaban medidas con urgencia, y no nos
hizo caso».
Los técnicos de la empresa madrileña NB-35, que el viernes
hicieron una inspección ocular de la zona, consideran que todo el
edificio tiene que echarse abajo. Así se lo explicarán, con más
detalle, a los propietarios en la reunión que se celebrará en
Francfort el 8 de octubre. Casi todos los propietarios de los 26
apartamentos son alemanes. «Entendemos que salvar parte del
edificio tendría un coste más elevado y, además, precisaría de más
tiempo». El día 8 se adoptará una decisión.
Ríos advierte de que en el caso de que los propietarios rehusen
echar abajo el inmueble, tal como ya hicieron hace unos meses para
evitar problemas con la Demarcación de Costas (casi medio edificio
invade el dominio público marítimo-terrestre), se informará de ello
al Ayuntamiento de Sant Josep para que éste «obligue a ejecutar la
demolición». «No se pueden adoptar medidas que se alejen de la
legalidad», asume.
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