E l navegante y aventurero Àlvaro de Marichalar, está a punto de llegar a Odessa, en el Mar Negro, culminando su raid que hermana Barcelona con Odessa, por el hecho de que el refundador de esta ciudad fue el almirante catalán José de Rivas, que estuvo a las órdenes de la zarina Catalina la Grande. Odessa es la segunda más importante de Ucrania y la primera del Mar Negro, y Marichalar en su desafío ha querido hacer un guiño a Formentera de donde partió ya que es su campo de entrenamiento y desde donde zarpó el pasado 30 de agosto en dirección a la península. Marichalar ha reconocido que la primera parte del trayecto, bordeando el Golfo de León y la costa oeste italiana tuvo problemas ya que coincidi'ó con unos temporales importantes, pero tras su llegada a Nápoles, en la bota de Italia, pese a los problemas obvios de una navegación en solitario y sin barco de apoyo, ha ido progresando de forma más normal. El fin de semana pasado llegó a Atenas y ayer había alcanzado por fin Estambul, a las puertas del Mar Negro por lo que confiaba que en tres o cuatro días podría recorrer el litoral este del Mar Negro hasta llegar a Odessa el próximo viernes o el sábado en función de las condiciones climatológicas de un gran mar interior como es el Negro. A su llegada al punto de destino Àlvaro de Marichalar habrá navegado 2.500 millas náuticas, casi 5.000 kilómetros, uniendo Formentera y la Ciudad Condal con Odessa. Tal y como explicó antes de partir, en lugar de mandar la moto acuática en barco hasta Barcelona, decidió «salir desde Formentera porque es una isla que me acoge desde hace años». Marichalar rendía así homenaje a una isla en la que estuvo entrenando y aprendiendo a vivir en una minibalsa sobre el agua antes de enfrentarse a su reto de mayor envergadura, unir Roma con Nueva York pasando, claro está, por Formentera.

Espera llegar a su meta el próximo fin de semana. «El tiempo siempre es quien determina las condiciones de navegación».

Guillermo Romaní