La Conselleria balear de Medi Ambient ha previsto ya soluciones al excesivo ruido que produce la desaladora de Sant Antoni, un problema del que vienen quejándose desde hace tiempo los vecinos y que denunció la pasada semana el propio Ayuntamiento en una carta dirigida al Govern balear en la que exigía que se tomaran medidas para acabar con las molestias que la planta estaba provocando a los ciudadanos del municipio. En respuesta a esta solicitud, Medi Ambient aseguró ayer que la puerta de acceso a la sala de turbobombas se sustituirá a finales de este mes o principios de octubre por otras insonorizadas. Esta medida corregirá el excesivo ruido de las nuevas turbobombas, de más potencia y menor consumo. Asimismo, para garantizar que la actuación es efectiva, también se colocará una puerta insonorizada en la sala de membranas.

Una vez se lleven a cabo estos trabajos, la Conselleria se asegurará de su eficacia realizando controles de sonido en la zona.

Con estas acciones se pretenden paliar unas molestias que proceden, según el Pacte de Sant Antoni, de que el aislamiento de los edificios no es suficiente, de que las puertas de acceso tampoco son las más adecuadas y de que los motores de impulsión y expulsión cada vez son más viejos y por tanto hacen más ruido.

La Conselleria explicó que las actuaciones previstas para solventar el problema estaban incluidas dentro de la ampliación de la planta, que se inauguró en julio, aunque todavía faltaban obras de retoque como éstas. Este proyecto, que costó 5.090.000 euros y que se ejecutó en siete meses, supuso la incorporación de una nueva línea capaz de producir 7.500 metros cúbicos al día de agua desalada, con lo cual se amplió la producción hasta los 17.500 metros cúbicos para abastecer Sant Antoni, Sant Josep, Santa Eulària y Eivissa.

En respuesta a una moción que el Pacte presentó en el pleno de la pasada semana, el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Sant Antoni anunció que había enviado un escrito a la Conselleria de Medi Ambient para pedirle que tomara medidas para acabar con los ruidos de la potabilizadora, ubicada en Cala Gració. En la misma sesión, y a propuesta de los progresistas, la corporación aprobó dirigirse a Costas para pedirle que haga cumplir urgentemente la sentencia que obliga a derribar la pared que impide el paso a Cala Saladeta, un muro que un vecino de la zona construyó hace dos años.