El personal de la unidad de salud mental de Es Viver ha sufrido
nueve agresiones, sobre todo empujones, desde el mes de julio, la
más grave la ocurrida hace una semana a un psiquiatra que recibió
una paliza de un paciente.
La unidad de salud mental y el hospital de día se encuentran,
por su ubicación, aislados de cualquier núcleo de población, salvo
el centro de salud de es Viver al que está unido por pasillos
cortafuegos por lo que si se produce una llamada de auxilio apenas
se escucha y, además, tienen una entrada independiente.
El personal sanitario está muy preocupado por la situación de
indefensión con la que se enfrentan en su jornada laboral dado la
situación del aislamiento, ya que en la planta de psiquiatría del
hospital también tiene problemas de seguridad, «pero hay mucha
gente en el hospital y si avisas de peligro aparece gente por todos
lados».
El Sindicato Médico de Eivissa, que se ha reunido con el
personal sanitario, ha pedido a la Gerencia del Àrea de Salud que
tome cartas en el asunto y que garantice la seguridad de los
trabajadores. Al personal no le parece que sea suficiente la
instalación del timbre antipánico ya que desde que se produce la
lesión hasta que llegan las Fuerzas de Seguridad pueden tardar diez
minutos. El Sindicato Médico propone que se contrate a un celador
como medida de contención y ayuda inmediata en situaciones en las
que sea necesario. En el caso de que no funcione, reclamarán un
vigilante de seguridad.
Otra de las quejas es que no disponen de una sala especial para
enfermos en estado de agitación con una camilla adecuada para
realizar inmovilizaciones y, además, le faltan puntos de salida de
emergencia en el centro sanitario.
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