La Asociación Empresarial de Concesionarios o Distribución de Automóviles de Eivissa y Formentera, AECA, denuncia la existencia de manipulaciones en vehículos de segunda mano así como la eliminación de elementos fundamentales de seguridad.

En este sentido, y tras la constatación de estas anomalías en diferentes concesionarios de las Pitiüses, los responsables del sector aseguran que se debe a un «fraude» que debe ser controlado y sancionado por las distintas administraciones públicas de Eivissa y Formentera. Entre estas actuaciones fraudulentas se encuentra la manipulación de los sistemas de kilometraje que puede provocar graves accidentes en el funcionamiento de estos vehículos. Asimismo, también se ha registrado la eliminación de piezas importantes de estos coches, que restan seguridad a la movilidad del vehículo.

Desde la Asociación Empresarial de Concesionarios o Distribución de Automóviles de Eivissa y Formentera se destaca que la mayoría son vehículos de segunda mano, de ocasión. La mayoría de ellos importados de otros países, y que, supuestamente son manipulados en las fronteras.

Entre los consejos que se proporcionan desde AECA destaca la comprobación de que el número de bastidor de la documentación coincida con el vehículo y que éste no aparezca manipulado. Además, se debe exigir el libro de mantenimiento del vehículo en el que debe figurar las inspecciones realizadas y los kilómetros en los que se realizaron. La comprobación en el permiso de circulación la fecha de primera matriculación. Por último, el comprador del vehículo de ocasión debe solicitar a la Jefatura de Tráfico una hoja informativa sobre el coche determinado para descubrir si existen cargas o restricciones en la actividad de venta, según informa la Asociación de Concesionarios de las Pitiüses.

Juan Francisco Ribas, presidente de AECA, aseguró ayer que desde hace ya algún tiempo se han registrado unos 30 vehículos manipulados: «Las alteraciones aparecen gracias a una base de datos europea en la que aparecen los kilómetros de los vehículo s». Es en ese momento, cuando se comprueba un desfase con la cifra que aparece en el coche: «Esta manipulación supone un perjuicio para el comprador, que se siente defraudado, en beneficio para el vendedor», apuntó Ribas.