La estrella de Hollywood apareció en el concierto con dos cuernos sobre su cabeza y en unos instantes se desató en una febril forma de bailar con la que acompañó cada una de sus canciones durante toda la actuación.

FFeroz, bailando como una muñeca articulada a punto de romperse justo a la altura de la cintura y poseída por la fuerza de su propio rock n'roll, Juliette Lewis dejó claro en el concierto de Ibiza Rocks que lo de la música le apasiona, la posee y la vigoriza.

Lunes por la noche, Manumission. Última parada de su gira. La sala llena de amantes de la música y curiosos con ganas de verla desplegar su energía felina. Cantó durante una hora, lució su ronca voz de chica de Los Àngeles y se pegó el chapuzón que tanto gusta a los líderes del rock n'roll de antes y de ahora, arrojándose al público en la penúltima canción. Apareció explosiva, con un conjunto amarillo ceñido al cuerpo y dos cuernos sobre su cabeza para incitar al público con la frase «Están listos para el rock n'roll». La respuesta obvia de los presentes la animó a desatarse en un concierto que no tuvo bises pero que dejó al personal satisfecho de tanta potencia de cuerda, belleza de película y ganas de celebrar a la nueva estrella del rock n'roll 'made in America'.

La actriz norteamericana Juliette Lewis pisó por primera vez Eivissa con su banda The Licks para cerrar la gira mundial que la llevó a tocar en el festival de rock Fuji de Japón, en conciertos masivos en Finlandia e Italia, y en los escenarios de Palma, Munich y Vitoria. El deseo «quiero se tan exitosa como en el cine» y la premisa «esta noche daremos un excitante show de rock n'roll», expresados por Lewis horas antes del concierto, se fusionaron sobre el escenario de la discoteca Privilege y quedaron latentes en el despliegue de energía demostrado por ella y en la actuación de sus músicos. Porque si hay algo que Lewis dejó claro es que, además de contagiar, la que primero disfruta con sus conciertos es ella.

Su canción 'You are speaking my lenguage' (2005), título de su primer trabajo discográfico desde su debut con el EP 'Like a bolt of lighting', fue coreada por un personal que, si bien no podía acompañar a la cantante en las letras de sus otras canciones como 'Money in my pocket', 'I never got to tell you what I wanted to' o 'Got to love kill' , se dejó llevar por los saltos, el baile enérgico de la estrella y las constantes caídas de rodillas con las que celebraba un buen golpe de batería. Un directo salvaje, cuyo potente sonido, a veces no dejaba escuchar muy bien la voz de Lewis, ronca por momentos y aguda en otros, pero en constante sintonía con cada sus composiciones.

Doce temas casi sin interrupciones que Lewis dedicaba a los presentes. «Esta es para las locas que hay en la casa esta noche» o «Para los verdaderos rockeros» fueron dos de las dedicatorias de la bella actriz que no dudó en abrirse toda la botonera del pecho con fuerza teatral después de la primera canción.

Bailando de un lado al otro del escenario, con sonidos grounge y una base de rock n'roll muy norteamericana y muy de los 80, la banda, que reconoce influencias de Sex Pistols y Patty Smith sonó con un desatado entusiasmo que no careció de profesionalidad en ningún momento.

Pero entre tanto movimiento felino, y tanta energía puesta en escena, Juliette Lewis se volvía por momentos, hacia atrás, para volver a hinchar de aire sus pulmones, tomar agua, y otra vez enfrentar al público ofreciendo todo lo que sus cuerdas vocales pudieran dar en cada uno de sus temas.

Todos esperaron un bis que no llegó pero los comentarios comenzaron expresarse de forma positiva una vez terminada la actuación. Entre «qué tía más cañera», y «no me esperaba que fuera tan buena», el dj de turno comenzó a pinchar clásicos del rock n'roll que hicieron que las cientos de personas congregadas dejaran de ser público y se dispersaran para bailar entre ellos con la sensación de que un huracán musical acababa de hacerlos volar.

Fue ayer cuando Juliette Lewis, los guitarristas Todd Morse y Kemble Walters, el bajista Paul Ill y el baterista Jason Morris comenzaron sus vacaciones con un primer día de descanso en la isla. L.Aversa