Una perla del rock n'roll británico brilló el lunes por la noche
en la sala Music Box de la discoteca Privilege. Todo un torrente de
voz y potencia que comenzó a vibrar sin necesidad de
precalentamientos, y que además presentó dos de las nuevas
canciones que próximamente saldrán en su segundo álbum en
solitario.
Es una cantante acostumbrada a no dejar títere con cabeza cuando
sube a un gran escenario y el lunes demostró que en uno pequeño,
como es el de la sala Music Box, la energía desplegada por su voz y
música puede multiplicarse sin perder la afinación precisa de cada
composición.
Skin, una de las artistas que hace honor al término vanguardia y
que este último año repartió sus días entre Eivissa y Londres para
cumplir con su trabajo y disfrutar de largas temporadas pitiusas,
por fin mostró su potencial escénico ante los ibicencos que ya se
habían acostumbrado a verla por la calle o pinchando en algún bar,
en las noches de invierno.
Apareció puntual a las 4,00 de la mañana y no dejó de provocar a
los centenares de fans británicos y locales que llenaron la sala de
conciertos de la promotora Manumission, destinada este verano para
el ciclo de rock n'roll en vivo que lleva el título de Ibiza
Rocks.
Pantalones ajustados, pañuelo al cuello, cadenas colgando de la
cintura y ni un solo pelo sobre su cabeza (su look habitual), entró
con su poderosa banda de música desafiando la potencia de los
vatios que la sala pudiera resistir, y con toda la fuerza de un
rock n'roll pocas veces visto u oído en una discoteca.
Skin entonó melodías de sus anteriores trabajos y temas de puro
rock duro que sonaban como una máquina de presión a punto de
estallar. Y si ya el público vibraba con el sonido, Skin todavía
les alentaba pidiendo a gritos, saltos y aplausos al ritmo dejump,
jump, jump..., que hizo alzar a todo el auditorio a unos cuantos
palmos del suelo.
El concierto fue una hora de provocación en vivo, con dos
guitarras electrizantes, y una vital súper estrella que bailó por
todo el escenario, lanzándose sobre su público y coqueteando con
algunos asistentes que se quedaban omnubilados cuando esta morena
de ojos pintados al negro se les acercaba y les tocaba. La sonrisa
de Skin durante la noche, demostraba también a una artista que sabe
disfrutar cuando el coro de los presentes se alzan conocedores de
muchos de sus temas.
Entre ellos, 'Alone in my room', 'Secretly' y 'Hedonism'
hicieron las delicias de un personal que con las manos alzadas
trató durante los 50 minutos de concierto, de alcanzar a Skin, a su
impresionante voz y a toda esa energía desplegada sobre el
escenario. Y como si fuera poco, los bises vinieron de la mano de
más rock n'roll que la cantante también interpretó con su propia
guitarra en mano.
Después de la actuación, los comentarios de aquellos que ya
había presenciado alguno de sus conciertos reafirmaban la potencia
y la fuerza con que Skin sorprende sobre los escenarios: «Yo la vi
actuar una vez en San Sebastián, y era así, igual de cañera»,
comentaba una joven a la salida de la discoteca.
A lo largo de su carrera musical, Skin alcanzó el éxito como
vocalista de su anterior grupo Skunk Anansie que se formó en 1994 y
se separó en el 2003. Tras siete años de carrera grabaron tres
discos 'Paranoid & Suburnt (1995), 'Stoosh' (1996) y Post
Orgamisc Chill' (1999) de los que han vendido 4 millones de copias.
Pero el mayor éxito de la banda vino con las giras donde actuaron
junto a Lenny Kravitz, Therapy y Sex Pistols además de la mayoría
de festivales europeos como Reading, Pheanix y Pink Pop. Tras su
separación, Skin presentó su primer álbum en solitario
'Fleshwounds' (mayo 2003). Y en estos días, lanzará al mercado su
nuevo trabajo discográfico.
Luciana Aversa
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