Imagen tomada ayer de las obras de construcción de la urbanización de Cala Molí. Foto: GERMÁN G. LAMA

El concejal de Urbanismo aseguró en un primer momento que el GEN se equivocaba al denunciar que las obras invadían el espacio natural protegido. No obstante, Marí Ribas afirma que hizo estas declaraciones en base a la observación hecha sobre los planos de la LEN y del proyecto autorizado, y recuerda que para comprobar el alcance real de las obras el Consistorio contrató los servicios de un topógrafo. «El proyecto autorizado en su día no invadía ninguna zona protegida, pero una cosa es lo que se autorizó y otra cosa es lo que finalmente se está construyendo», recalcó.

El concejal mostró inicialmente su sorpresa por la denuncia del GEN y aseguró lo siguiente a este periódico: «La empresa promotora es seria. Me extraña que puedan hacer algo así, pero tampoco quiero poner la mano en el fuego por nadie». El GEN ya ha denunciado los hechos en la Fiscalía de Eivissa. Los ecologistas denunciaron las obras de construcción de nuevos grupos de adosados en el interior de lo que era una masa forestal, donde han llevado a cabo grandes excavaciones y movimientos de tierra con desniveles de más de 15 metros. El GEN, que midió el alcance de las obras con un GPS (sistema de navegación por satélite), afirma que las obras en el momento de la denuncia (el 24 de agosto) ya se sobrepasaban en más de 20 metros de la cota máxima a la que supuestamente podían llegar. Los ecologistas aseguran que estas obras causaron presuntamente el incendio que este verano asoló Cala Tarida.