El Consell de Govern aprobó ayer modificar el Decreto 91/1997 para permitir el hundimiento de barcos de metal, y no sólo de madera, en el litoral de las islas, tras la petición del Ayuntamiento de Calvià para convertir la fragata «Baleares» en un centro de atracción para los aficionados al submarinismo.

La decisión para modificar el decreto por el que se regula la protección de los recursos marinos de la Comunidad fue adoptada por el Consell de Govern. La modificación de la normativa establece que los barcos de madera o metal que se hundan con el fin de conformar un arrecife artificial deben estar especialmente adaptados para ello, cumplir la regulación vigente y ser depositados sobre una superficie del fondo marino previamente delimitada.

Entre las prescripciones establecidas por el decreto se encuentran que los cascos de los barcos deben estar limpios y carecer de motor, maquinaria auxiliar y depósito de combustible y aceite. Los buques se deben lastrar con materiales no contaminantes.