El Consell aprobó ayer en un pleno extraordinario, con el voto en contra del Pacte, la adjudicación de las obras de ampliación y mejora de la carretera de Sant Rafel (PMV-812.2) a la empresa Vías y Construcciones S.A., que, con un presupuesto de 6,8 millones de euros, se financiarán con fondos del Govern mediante el sistema de peaje en la sombra.

Las obras arrancarán en octubre y consistirán en la ampliación (medio metro) de los dos carriles, la incorporación de arcenes de metro y medio, así como la corrección de algunas curvas peligrosas y la construcción de una rotonda en el cruce del camino viejo de Sant Mateu, en el desvío hacia el hipódromo, que es uno de los puntos negros de esta carretera.

El sistema de financiación escogido para la reforma de esta carretera fue el motivo por el que la oposición votó ayer en contra de la propuesta del equipo de gobierno. «No tenemos nada en contra de la empresa y coincidimos en que esta obra es necesaria, pero existen otras alternativas para evitar el endeudamiento de la administración», justificó Boned.

El conseller de Presidencia y Relaciones Institucionales, José Sala, fue quien, ante la ausencia de la consellera de Carreteras, Stella Matutes, defendió la propuesta. Sala insistió en que el Govern financiará esta obra, que se pagará en seis anualidades (una de 450.000 euros y cinco más de 1,1 millones). Recordó que el anterior gobierno del Pacte dejó escapar estos siete millones previstos en la Ley de Transferencia de Carreteras y que fue el PP quien esta legislatura logró recuperarlos.

Sobre el sistema de peaje en la sombra, Sala criticó la hipocresía de la oposición porque, según dijo, critica su aplicación en los proyectos de la isla y, en cambio, lo bendice cuando lo utilizan el Gobierno central o la Generalitat de Catalunya. El conseller progresista indicó, en este sentido, que el uso del sistema de peaje en la sombra es «legal», pero que en el caso de las Pitiüses debería recurrirse a otras alternativas «por el mal estado de la economía». «Propuestas como éstas sólo nos pueden deparar un futuro negro, muy negro», añadió Boned, quien recriminó al equipo de gobierno que «vive de espaldas a la realidad económica de la isla».