El navegante en solitario con moto acuática y aventurero Àlvaro de Marichalar presentó ayer en Formentera el recorrido de su nuevo desafío que comenzando el próximo día 25, debe llevarle desde Barcelona hasta Odessa, capital de Ucrania, en el Mar Negro. «El próximo reto es navegar desde Barcelona hasta Ucrania para reivindicar el fundador de esta ciudad, la más importante del Mar Negro, fundada por José de Ribas Bayón, un almirante catalán enrolado en la flota rusa de Catalina la Grande», explicó Marichalar indicando la simbología del hermanamiento que pretende realizar entre ambas ciudades a través de su periplo acuático. Fue por encargo directo de la zarina la que propició que el almirante y aventurero catalán decidiera que la salida al mar de Rusia por el sur y hacia el Mediterráneo debía realizarse desde Odessa que a partir de aquel momento, mitades del siglo XVIII alcanzó un auge económico, político y social de gran envergadura. Marichalar señaló que en el ámbito geográfico del Mar Negro de Ribas Bayón es una figura histórica de gran importancia.

El proyecto de Marichalar se ha visto modificado debido a que no contará con un barco de apoyo por lo que deberá ir costeando el Mediterráneo, Bósforo y Mar Negro hasta alcanzar Odessa, ya que cada 100 millas náuticas aproximadamente deberá repostar combustible para su moto acuática. Calcula que el trayecto lo realizará entre diez y doce días aproximadamente aunque reconoce que «toda expedición no deja de ser un intento y si no lo consigo lo importante es que lo habré intentado». El navegante confesó tener cierto respeto por el Miediterráneo ya que a diferencia del Atlántico que cruzó hace unos años, es más traicionero, voluble en sus cambios y con un oleaje más corto que dificulta la navegación de las embarcaciones de pequeña eslora como la suya.

Marichalar se ha estado preparando en Formentera, como en su previa al cruce del Atlántico y confía que entre la natación, el footing y otras prácticas deportivas será capaz de afrontar las 12 ó 14 horas de navegación, prácticamente en pie, que se verá obligado a hacer si pretende culminar su propio desafío. G.R.