Víctor Martínez, propietario del restaurante Sal i Pebre,
comenta que al entrar en vigor la ley «llamé al teléfono de
información y me dijeron que podía habilitar una zona para
fumadores que estuviese bien ventilada, pero de todas maneras hemos
quitado los ceniceros de las mesas». Respecto a la actitud de los
clientes, Víctor destaca que es muy positiva porque «la gente está
bastante concienciada y normalmente pregunta antes si se puede
encender el cigarrillo».
En el restaurante Ca'n Alfredo, su dueño Joan Riera, explica que
también han quitado los ceniceros y tampoco se vende tabaco,
además, él mismo informa a todos y cada uno de los clientes, tanto
si están en la terraza como dentro del local, de que en esta
Comunidad Autónoma existe una ley de drogodependencias. Según
Riera, «el problema es que mucha gente no sabe que en los bares,
cafeterías y restaurantes de Balears ya no se puede fumar», porque
en el resto de España hasta principios de 2006 no entra en vigor la
normativa que regula el consumo de tabaco.
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