La llegada de la plena temporada alta ha demostrado que la buena
voluntad es absolutamente ineficaz para garantizar el tráfico en
Illetes en determinados momentos del día. Esta semana los colapsos
ya han sido importantes debido a la afluencia de visitantes y a que
éstos nos respetan las indicaciones que se les dan para dejar
expedito el camino. Como prueba los 25 minutos de duración para ir
desde el Molí de Sal hasta es Ministre y regresar al punto de
partida en un taxi, para un trayecto que no alcanza los 3
kilómetros en su conjunto de ida y vuelta como pudo comprobar este
rotativo.
Así se entiende perfectamente que los taxis no quieran
adentrarse en esa ratonera que es el camino de Illetes y citan a
los clientes a la altura del Pirata o del Molí de Sal pero ya no se
atreven a llegar más adelante ante los problemas que aparecen.
El puesto de control situado a la entrada de la zona de Illetes
informa, pero sólo informa, dónde se puede y no puede aparcar y al
mismo tiempo pone una señal en medio del camino cuando los parkings
están llenos; y claro está los visitantes hacen caso omiso a las
recomendaciones y dejan sus vehículos, especialmente las
motocicletas, donde mejor les parece. Y los exteriores e
inmediaciones de los parkings o kioscos son los preferidos. Allí
puede verse a algunos vigilantes que están a la sombra o como en un
caso concreto, dos de ellos recostados en un motorino aparcado en
el camino sin intervenir para nada.
La situación se vuelve tan extrema que más de uno se pregunta si
tiene sentido pagar a tanto personal que sólo puede hablar pero no
sancionar, o deberían tomarse medidas más drásticas. Empezando por
las sancionadoras. La promesa del Ayuntamiento de acudir a retirar,
con la grúa municipal, a los vehículos mal aparcados, parece una
utopía ya que la presencia de la grúa para ir cargando
motocicletas, empeoraría más la circulación en el supuesto que
pudiera acercarse al lugar conflictivo.
Dado que este problema no es nuevo, se lleva casi una década
hablando de él, especialmente desde el boom de los italianos y sus
motorinos, que parece mentira que las dos principales
administraciones, Gobierno Central a través de Costas, y Govern
balear a través de Medi Ambient, no hayan decidido actuar de forma
contundente y conjunta para preservar un paraíso que día a día, con
el sol, se sume en el caos.
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