Sin un papel en la mano que leer y con muchas anécdotas que contar sobre la isla, Àngel Nieto subió puntual al escenario para inaugurar las Festes de la Terra 2005.

Como pregonero, habló de la isla como su casa y de su amor por ella que continúa por encima de todos los sitios que conoció en sus viajes, después haber dado la vuelta al mundo «entre 10 y 12 veces»: «No he encontrado un sitio donde se pueda estar tan a gusto», aseguró, y agregó, «No sólo yo, incluso mi familia».

«Debemos seguir peleando porque la isla siga siendo la perla del Mediterráneo», expresó el piloto más laureado de la historia del motociclismo español desde el escenario del Parque Reina Sofía, y con un discurso basado en sus 35 años de relación con Eivissa, halagó a la luna, a las estrellas y a la gente de la isla «que es todo lo siempre que me ha atraído».

«Tengo muchísimas anécdotas que contaros que me han sucedido aquí, y una de ellas es muy importante porque sucedió en mi carrera deportiva, en el año 1984», explicó Nieto sobre este hecho que tenía ganas de compartir con un auditorio a rebosar, y que ocurrió cuando ganó el último campeonato del mundo, a sus 37 años de edad: «Gané todas las carreras de ese año, faltando dos para que terminara el campeonato del mundo, y pedí permiso para venirme a Eivissa y me autorizaron», comenzó el piloto a explayarse sobre su anécdota que continuó con un accidente en otra carrera en Italia y con dos campeonatos del mundo en los que no se pudo clasificar durante los dos años que siguieron: «Y tomé la decisión de que si no lo hacía bien la próxima vez me separaba del mundo de la moto. Antes de competir vine a la isla, estuve dos meses, y mi cabeza se curó. Y en la siguiente carrera que participé en Francia, en Lemans, gané el último Gran Premio que fue el número 90», concluyó.

Por último, Àngel Nieto destacó que aunque el mundo ha cambiado, «esta isla sigue siendo una maravilla».Luciana Aversa