Una tradición con 4.500 kg de pirotecnia

Serán 20 minutos de colores, combinaciones, de lentejuelas amarillas y blancas, y de conjuntos de estrellas y aros que conformarán el castillo de fuegos artificiales más importante del año.

«Las fachadas de fuegos artificiales son el broche de oro de cualquier fiesta que se haga y una costumbre mediterránea muy arraigada», explica Alberto Villar, representante de la empresa de pirotecnia Ricardo Caballer, encargada del castillo de fuegos del próximo 8 de agosto del 2005.

Según Villar, en pirotecnia está todo inventado: «La diferencia es el sistema de montaje y disparo, que hacemos por medio de ordenadores que permiten tener más control sobre el material». Se trata de seis máquinas encargadas de controlar cada pieza que se envía al cielo por milésimas de segundos y que en este caso contará con seis ordenadores que dispararán la artillería pirotécnica desde 9 puntos de fuego instalados en el baluarte Reina Sofía.

«El castillo de Eivissa es tan importante para nosotros como puede ser el castillo de una asociación de vecinos o barriada. Está bien que nos esmeremos porque es el más grande de todas las fiestas, pero la dedicación es la misma que ponemos en todas las fachadas de fuegos», señala Villar que desde hace 20 años está a cargo de esta delegación ibicenca con la que llega a organizar castillos de fuegos para todos los pueblos de la isla, alcanzando las 30 fiestas anuales. «El único pueblo que no hace fachadas de fuegos artificiales es el de Sant Agustí porque tiene el bosque cerca», cree recordar Villar.

La empresa pirotécnica valenciana Ricardo Caballer fue fundada en 1881 y sumnistra material a toda España, y también a Estados Unidos, Japón, Canadá y Suecia.

Alberto Villar agrega que les llevará dos días preparar el castillo de fuegos desde el baluarte, en el que calcula que utilizará «16 sacos de arena para la seguridad de los equipos», además de la colaboración de los bomberos y de Protección Civil.