Aun así, según Frau, en declaraciones a Europa Press, «este
hecho no tiene una repercusión en el suministro de la isla, ya que
en la planificación de la empresa ya se estudió tener dos tomas con
el fin de que este tipo de incidencias no dejen sin electricidad a
los clientes».
Las reparaciones de esta conexión son laboriosas, «por
realizarse en el fondo del mar», pero ya se están acometiendo. La
responsable de Comunicación arguyó que, a pesar de que GESA toma
todas las medidas para que no se den accidentes, en ocasiones hay
terceros, como es este caso, que pueden coger algún cable tanto por
mar como por tierra, aunque en el caso del firme el control es más
efectivo, ya que todos los contratistas deben pedir los planos de
la central para no dañar instalaciones».
Una premisa que en el mar, no se respeta del mismo modo por la
que Gesa ha solicitado a la consellería de Trabajo que vele por su
cumplimiento al poder tener repercusiones graves incluso en la
salud de los trabajadores de la construcción.
Las líneas que unen las Pitiüses para surtir de energía a
Formentera repiten «miméticamente el proceso por el que se surte
Vila, o Santa Eulària aunque en vez de hacerlo por el aire o
soterrado se hace por el mar».
De este modo, son dos los cables que unen Mallorca y Menorca del
mismo modo que Eivissa y Formentera y por los que fluye la energía
«y en estos tipos de enlaces siempre se prevé una duplicidad para
paliar este tipo de incidencias». Cuando se produjo el incidente,
rápidamente se puso en marcha la turbina que instaló Gesa en
Formentera hace varios años para cuando suceden este tipo de
incidencias y poder así garantizar el suministro en la isla.
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