Ni un alfiler, así estaba la plaza de Sant Francesc cuando poco antes de la medianoche del sábado al domingo comenzó la esperada fiesta flower power de Sant Jaume. Desde hacía más de una hora la plaza estaba abarrotada de disfraces hippies o pseudohippies que bailaban con la música previa. En las terrazas cercanas el ambiente era de gala y sólo faltaba que la fiesta comenzara.

Y entonces fue el acabóse, al son de los clásicos de los sesenta y setenta, incluso algunos tan lejanos con el flower power como buenas músicas de los ochenta, hicieron que como se dice de París, Formentera fue una fiesta . Doors, Creedence Clearwater Revival, Rolling Stones o David Bowie alternaban canciones mientras los DJ s, entre los que destacaron por su marcha DJ Pharma y Miquel Botja hacían gala de su conocimiento musical con clásicos del soul, la música surfera de los Beach Boys o la contundencia de Led Zeppelin. Cierto que mucha de la música que sonó nada tenía que ver ni con la época hippie ni con el flower power pero al menos hay que concedérselo a los DJ s, la música en general era de excelente calidad. Algunos echaron en falta, quizás porque no completaron la fiesta a Quicksilver Messenger Service, a Hot Tuna o a Moby Grape entre otros, pero era imposible hacer un compendio de toda la época.

La ambientación perfecta con el montaje escenográfico y las proyecciones que Botja realizó sobre la fachada de la iglesia causaron gran impacto entre los concurrentes. De hecho fue una de esas noches redondas que la gente que asistió a ella, no olvida.

Y el público lo agradeció bailando hasta el extenuamiento de tal manera que no fue hasta poco antes de las cinco de la madrugada que cesó la música y se dio por acabado el jolgorio. Ante la avalancha de gente y de cara al concierto de anoche (para el lector) de Jarabe de Palo y en previsión a que la plaza se quedara demasiado pequeña, algún local había decidido no montar las mesas de la terraza para dejar más espacio al público; a ello contribuía que se contemplaba hacer un cordón de seguridad de dos metros junto al escenario y que la mesa de mezclas iba a estar en medio de la plaza, añádase a eso que Jarabe de Palo aún cuenta con cierto prestigio entre el público italiano y se explicará el por qué de algunas medidas. G.R.