Los rastros de dos jornadas sin limpieza en el aeropuerto ya son
muy evidentes, pese a que se retiraron las papeleras al comienzo de
la huelga y la mayoría de los baños públicos están cerrados. En la
terminal de llegadas, algunos de los pasajeros se encontraban con
el aeropuerto cubierto de suciedad nada más tomar contacto con la
isla. En la terminal de salidas, la situación no era mejor puesto
que desde que comenzó la huelga apenas hay carros de equipaje con
lo que los pasajeros tienen que ir cargados con sus maletas. Sin
embargo, la zona internacional estaba limpia y no había rastro de
la huelga.
Las opiniones acerca de la huelga, que tiene como objetivo una
mejora del convenio para estos trabajadores de temporada, están
divididas entre los pasajeros y el resto de trabajadores del
aeropuerto, ya que mientras algunos les muestran abiertamente su
descontento, otros les aplauden en sus reclamaciones.
«Pedimos un convenio justo, Limpiamos los aviones con un mínimo
de personal», aseguraba ayer Isabel Jiménez, delegada de USO, uno
de los dos sindicatos convocantes del paro, junto a Comisiones
Obreras. Jiménez, que forma parte del piquete que, provisto de todo
tipo de instrumentos para hacer ruido, recorría el aeropuerto,
reconocía la mala imagen que se estaba dando: «Siento vergüenza
ajena pero lo siento. No molestamos a los pasajeros, solo
reclamamos nuestros derechos. Si hacemos esto es para que nos
escuchen. A mí me gusta trabajar». Aseguran que sólo se dedican a
tirar papel al suelo «pero no hemos traído 'mierda' de fuera»,
advierte.
Para hoy está prevista una concentración de los trabajadores
afectados en la terminal, alrededor de unas 150 personas. Esta será
la última jornada de huelga, pero si no se llega a un acuerdo no se
descarta convocar un paro indefinido para el mes de agosto, en
plena temporada turística.
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