La ampliación de la desaladora de Sant Antoni, que ayer inauguró el
conseller balear de Medi Ambient, Jaume Font, permitirá que a
finales de este mes la planta pueda pasar de producir diariamente
10.000 metros cúbicos de agua desalada a 17.500 metros cúbicos, con
los que se abastecerán no sólo a este municipio, sino también a
Sant Josep, Santa Eulària y Eivissa.
Las obras, que han costado 5.090.000 euros y que se han
ejecutado en siete meses, han supuesto la incorporación de una
nueva línea capaz de producir 7.500 metros cúbicos al día. El
director de estos trabajos, Tolo Reus, explicó ayer a los
asistentes a la inauguración en qué ha consistido la ampliación,
que se compone de dos pozos de agua de mar con dos bombas. El agua
captada en ellos se impulsa hasta unos filtros con el objetivo de
retener las partículas sólidas que arrastren. Asimismo, se ha
incluido un nuevo colector de lavado independiente de estos filtros
de arena para que la planta, en el momento de la limpieza, pueda
funcionar a pleno rendimiento. Tras este paso, se bombea el agua
hacia unos bastidores de osmosis inversa, que son los encargados de
producir el caudal de 7.500 metros cúbicos que luego se vehiculan
hacia el depósito regulador de sa Talaia para más tarde
distribuirlo a los municipios. Font aseguró que las nuevas
instalaciones suponen un ahorro energético de entre un 20 y un 25
por ciento y abaratan «en más de un 30 por ciento los costes de
desalación».
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