La destrucción de los bancales en los espacios naturales es evidente.

Desde el cierre de las dos explotaciones areneras de la isla, y de ello hace casi año y medio, los problemas que la falta de arena han obligado a medidas especiales tomadas por algunos empresarios haciendo traer barcos con dicho material y a un precio muy superior del que costaba en la isla o, como es en este caso, a emplear prácticas ilegales de extracción.

Hay que resaltar que el propietario puede ser declarado culpable ante la ley de una práctica que puede haberse realizado sin su consentimiento o simplemente a sus espaldas si conocía la situación.

Este rotativo ha podido comprobar la existencia de, como mínimo, tres focos de extracción perfectamente localizados como son la zona en que el Camí de es Ram queda cortado por el complejo turístico Maryland, pese a que hay sentencia judicial firme que obliga a su reapertura desde hace dos años; en el Camí de Punta Rassa en las inmediaciones de Cala Saona, con tres agujeros en las dunas a poca distancia uno de otro, y, finalmente, en las cercanías del camino que lleva al Blue Bar y al complejo hotelero de Pueblo Balear.

En todos los casos se trata de extracciones que suponen uno o dos camiones en la mayoría de los casos, aunque en otros, como es el caso del Camí des Ram, el hueco que hay en la duna permite suponer que de ese punto han salido varias bañeras las cargadas de arena. En algunos puntos las marcas de los vehículos son evidentes aunque en otros, por ser el acceso a los mismos sobre terreno arenoso, son difíciles de ver, aunque se adivinan recientes porque, si no, el viento las habría borrado. Mientras tanto se desconoce el resultado definitivo y la evaluación de los depósitos detectados con las catas efectuadas por la conselleria de Medi Ambient, tanto de lugares susceptibles de la extracción legal de arena como de los yacimientos de marès que sería posible, mediante el procedimiento de molido, convertir en arena para el sector de la construcción.