Más de 10.000 personas, un 10 por ciento aproximado de la
población, se echaron ayer a la calle para gritar «no» a las
autovías en una nueva manifestación multitudinaria en la que no se
registró ningún incidente. Esta vez las cifras de la Policía Local
y la Policía Nacional fueron muy distintas. Los primeros
contabilizaron un total de 14.500 personas, mientras que el cuerpo
de seguridad del Estado informó de 6.500.
La Policía Local calculó la participación en función del espacio
ocupado de los manifestantes a razón de tres o cuatro personas por
metro cuadrado, mientras que los nacionales se basaron, según
informó anoche el director insular del Estado, José Manuel Bar, en
el número de personas que cruzaban distintos puntos durante un
tiempo determinado.
Obviamente, la Plataforma Antiautopista fue más generosa en sus
cálculos y anunció por megafonía, sobre el escenario de la plaza
Albert i Nieto, al término de la manifestación, que habían sido
«cuatro gatos y 17.000 personas más». En todo caso, se superaron
las 9.000 personas que se manifestaron el año pasado por el mismo
motivo.
Esta manifestación fue distinta porque, entre otras cosas, no
hubo políticos ni caras conocidas en la cabeza de la manifestación,
que portaba la pancarta con el lema SOS Eivissa al límit. Los
antiautopistas optaron por relegar a un segundo plano a políticos y
miembros de la Plataforma y dar el máximo protagonismo a la
sociedad. Aunque la manifestación fue convocada en señal de
protesta por los proyectos de carreteras y el urbanismo del PP, la
mayoría de las pancartas y las consignas se ciñeron casi en
exclusiva a las autopistas.
El momento más tenso se registró a los pocos minutos del inicio
al paso por la sede del Grupo de Empresas Matutes, en la calle
Bartomeu Rosselló, donde la cabeza se detuvo durante unos minutos
para lanzar todo tipo de improperios e insultos contra Matutes,
padre e hija. Precisamente, la mayoría de los gritos de los
manifestantes tuvieron a los Matutes como protagonistas. 'Stella
dimisión' y 'Stella dimite, el pueblo no te admite' fueron una vez
más las gritos de guerra que más sonaron. Y su madre, curiosamente,
los oyó casi todos porque quedó bloqueada en un ceda el paso, a
apenas 20 metros de la sede de las empresas, y tuvo que esperar
durante casi media hora a que pasara la serpiente de personas para
reanudar la marcha.
La cabeza de la manifestación llegó al final del recorrido en la
plaza Albert i Nieto a las 22,30 horas aproximadamente, una hora
después del inicio de la marcha, que recorrió Bartomeu Rosselló,
Ignaci Wallis, la Avenida de España y Abad y La Sierra.
Juanjo Cardona, uno de los portavoces de la Plataforma, fue
quien leyó el manifiesto que puso punto y seguido al acto
reivindicativo. Cardona calificó de «éxito total» la respuesta de
los ciudadanos. «No esperaba que fuéramos tantos, sobre todo porque
mucha gente trabaja en estas fechas. Esperemos que esto sirva de
algo y podamos parar los proyectos», aseguró.
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