Una de las imágenes del fotomontaje, con Vara de Rey inundada por el mar y su nueva fauna de visitantes ocasionales.

Llegará un día en que Eivissa será así, como lo fue en otro tiempo de otra manera», explica el ilustrador y editor Marcel Martí, que ayer por la tarde inauguró su exposición de fotomontaje «Después del cometa. Ibiza 2007», imaginando lo que podría ser de la isla después de una inundación causada por la elevación del nivel del mar.

«La historia es que un día u otro subirá el nivel del mar, aunque no haya intervención humana, porque siempre, en miles y miles de años de la tierra, se han producido épocas de glaciación», señala Martí, que ha plasmado a modo de futurible un paisaje idílico sobre Eivissa y Formentera en el que el mar es el protagonista.

Partidario del borrón y cuenta nueva, el ilustrador ideó el fotomontaje durante el invierno jugando con fotografías sobre las Pitiüses. Al agregar mar en lugares como Vara de Rey o la Plaza del Parque, y al dejar a Jesús con el único acceso a través del agua, Martí comenzó a buscar un pretexto para justificar la llegada de un nuevo mundo.

El pretexto se llama cometa Encke, que según varias fuentes de información consultadas por Martí (como la N.A.S.A y Lincoln Laboratory, entre otras) se acercará a La Tierra a una distancia de un millón y medio de kilómetros.

«Pero un error, el año pasado, en la misión Deep Impact II de la Nasa , cuya finalidad era provocar la colisión de un proyectil de cobre sobre el cometa, dio como resultado una variación en su eje de rotación originando una desaceleración en su movimiento de traslación». Un retraso que, según los apuntes de Martí, provocará un máximo acercamiento del cometa a la tierra, que originará, por la intermediación de la gravedad, la atracción de fragmentos del cometa que impactarán en los hielos polares originando un descomunal deshielo que invadirá el planeta.

Si en algunos lugares, el nivel del mar llegará a los 100 metros de altura, en las Pitiüses será amable y productivo: «Porque tras un breve período de tiempo, las aguas se tranquilizarán y llegaríamos al punto cero como en los años 60 y 70. Se hundirían todas las construcciones de Sant Antoni y Platja d'em Bossa y empezaríamos de cero con la sabiduría de no volver a repetir errores».

En el sueño de Martí, esto no sería un cataclismo sino el renacimiento de una isla nueva que volvería a la pesca, buscaría nuevos sistemas de agrícolas y una reorganización social, administrativa y económica, «porque como esto no lo arregla nadie, que venga el cometa», concluye Martí.

El fotomontaje se podrá ver durante todo el verano en el bar Zurito, en es Cavallet y en el agroturismo Atzaró. L.Aversa