El plan del Govern balear para el control integral de la
procesionaria ha conseguido, desde su inicio en 2003, eliminar los
focos de las Pitiüses, según informó ayer en rueda de prensa el
conseller baelar de Medi Ambient, Jaume Font, quien explicó que en
Mallorca y Menorca la plaga está controlada casi en el 100 por
cien.
Font explicó que la Conselleria ha invertido 2,6 millones de
euros en el plan de choque y que a partir de ahora el objetivo será
mantener estos buenos resultados para evitar que la procesionaria
vuelva a dañar los pinares de las islas.
Para ello se ha previsto emprender una serie de medidas que
combatan la propagación de las orugas por medio de la colocación de
trampas, la elaboración de un mapa digital y ubicación con GPS de
los puntos de captura y la fumigación biológica de los pinares con
el «Bacillus thuriengiensis var Kurstaki» sobre 6.000 hectáreas,
entre otras iniciativas. Además, se colocarán cajas que sirvan de
nido a aves insectívoras y murciélagos, depredadores de las orugas,
se llevarán a cabo campañas de sensibilización para evitar riesgos
para la salud humana, especialmente afectada por la alergia que
puede provocar la procesionaria, y se procederá a realizar un
seguimiento del proyecto para evaluar los resultados y las
necesidades futuras.
Font apuntó que Mallorca y Menorca no podrán alcanzar nunca los
niveles de erradicación de la procesionaria que presenta Eivissa,
porque en esta isla la oruga se introdujo en 1975, 33 años más
tarde que en la mayor de las Balears, y durante todo ese tiempo se
adoptaron las medidas precisas para combatir la plaga. «No es
posible alcanzar esos niveles, porque en un solo pino de Mallorca
puede haber más orugas que en todos los pinos de Eivissa», subrayó
el conseller de Medi Ambient.
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