El Grup d Estudis de la Naturalesa (GEN) presentó hace unas semanas una nueva denuncia en Fiscalía por la destrucción de parte del camino de Puig d en Valls, protegido mediante la figura de Bien de Interés Cultural, por las obras de ampliación del segundo cinturón de ronda. El colectivo ecologista ya denunció hace unos meses en Fiscalía la degradación de ses Feixes ante la apatía de las instituciones. El camino de Puig d'en Valls es público y fue incorporado en último momento a la declaración BIC de ses Feixes de es Prat de Vila y es Prat de ses Monges por su valor cultural, que fue aprobada al final de la pasada legislatura. En este camino existen, además, según el expediente de protección, siete portales de feixa. El GEN amplió la denuncia interpuesta inicialmente en Fiscalía al ver que las obras del segundo cinturón de ronda afectaban a parte de este camino. Al parecer, explica el GEN, se han instalado unos pilares de hormigón que han destrozado una parte de este viejo camino.

La Fiscalía admitió a trámite la denuncia inicial al ver indicios de un posible delito contra el Patrimonio, que está tipificado en el código penal. Los ecologistas ya han advertido públicamente que en el caso de que el Consell intente modificar o retirar el BIC de ses Feixes presentarán nuevas denuncias en Fiscalía. «Ya estamos cansados de ver lo que está pasando con el patrimonio», señaló Mariano Marí. Amics de la Terra, Institut d'Estudis Eivissencs y el GEN se juntaron el viernes para expresar públicamente su rechazo a la modificación del BIC de ses Feixes y recordar que la fachada marítima del humedal se incluyó en la candidatura que fue aceptada por la Unesco para declarar la ciudad de Eivissa Patrimoni de la Humanitat.

En esa candidatura, firmada por el Govern balear, Consell y Ayuntamiento de Eivissa, se hacía referencia a que las antiguas huertas árabes son «unos de los valores prioritarios de Dalt Vila» y que «por su alto valor ecológico, histórico y cultural», el Ayuntamiento de Eivissa recalificó los terrenos para «convertirlos en rurales y evitar su destrucción por el desarrollo urbano de la ciudad». Asimismo, Eivissa se comprometía ante la Unesco a «rehabilitar, limpiar, restaurar y poner en valor todo el sistema de acequias». «Desde Dalt Vila puede así contemplarse una extensa área verde con sus elementos culturales rurales que, ya para siempre, permanecerá como recuerdo visual íntimamente unido a la memoria histórica de Ibiza», decía otro extracto de la candidatura. Los ecologistas advierten de que la Unesco está al corriente de la situación de ses Feixes y que, por ello, se corre el peligro de perder la distinción de Patrimonio de la Humanidad: «Sería una vergüenza y un ridículo espantoso».