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Además la planta potabilizadora duplicó, hace dos años su capacidad de producción, pasando de 2000 a 4000 metros cúbicos diarios y aún no es preciso trabajar a pleno rendimiento. «El mes de julio será clave para ver la marcha del consumo de agua en Formentera» dijo el concejal Ferrer que advirtió que si bien no ha llovido en abril y mayo, lo que llenaba las cisternas, las expectativas es que la lluvia no aparezca hasta setiembre por lo que «habrá que concienciar a residentes y visitantes de que el agua es un bien escaso y muy caro en Formentera y que es preciso hacer un consumo razonable de él».

GUILLERMO ROMANI
Las temperaturas inusualmente altas de este mes de junio, ayer según comentaba el concejal de Obras, Urbanismo e Infraestructuras, Bartolo Ferrer, se había llegado a los 33ºC a la sombra y casi 50ºC al sol, han hecho disparar el consumo de agua en la isla que se abastece únicamente mediante la producción de la planta desaladora de es Ca Marí.

En este sentido Ferrer apuntó que además de las temperaturas ha influido la pertinaz sequía que ha dejado «la mayoría de las cisternas vacías y deben reponerse mediante los camiones cuba». Aunque no contaba con los datos exactos, Ferrer indicó que los principales depósitos reguladores como son el de Es Pujols con una capacidad de 22.000 metros cúbicos o el de la propia planta desaladora, que almacena casi 18.000 metros cúbicos, junto con los buenos niveles de los depósitos de Sant Francesc y Sant Ferran «no hacen temer por el momento ningún tipo de restricción».

En el supuesto que el consumo se desbordara siempre quedaría la eventualidad de intentar poner de nuevo en marcha la vieja desaladora de la planta de Gesa que es capaz de producir alrededor de 500 metros cúbicos diario de agua potable y que, como en alguna ocasión anterior, sería el máximo que podrían cargar diariamente los camiones cuba. La isla de Formentera ya sufrió restricciones de agua hace varios veranos a causa de la escasez de lluvias y el abusivo consumo.