El informe de Catalina Cantarellas resalta los valores monumentales de este edificio, dice que se trata de un punto de referencia y un testimonio emblemático para generaciones de ciudadanos.

La catedrática de Historia del Arte recoge, además, en su informe que se tendría que proteger también la ampliación de la escuela que se hizo en los años 80; la plaza que hay ante la escuela y que forma con ella un conjunto que no se puede separar y, además, que «cualquier intervención para mutilar supondrá un atentado en el conjunto escolar y en el patrimonio de Balears, en general, y de Eivissa, en particular».

Tanto el Institut d'Estudis Eivissencs como el Col.legi d'Arquitectes, los otros dos colectivos a los que el Consell pidió un informe para determinar si Sa Graduada podía protegerse, también se han pronunciado a favor de la conservación. El conseller de Patrimoni, Joan Marí Tur, que dio a conocer ayer este informe, apoya la conservación del edificio: «La intención del conseller es protegerlo». Marí Tur señaló que en el caso de que «no se conserve habrá que decir a estos ciudadanos que han pedido su protección por qué no se conserva, no seré yo el que firme un documento diciendo que no se conserva cuando hay tres informes que dicen que sí». Marí Tur, que se mostró partidario de declarar bien de interés cultural y ampliar el radio de acción de la protección, quiso dejar claro que esa era su opinión frente a la del equipo de gobierno. «El equipo de gobierno es el que tiene las última palabra y yo formo parte del equipo, no seré yo ni mucho menos el que rompa la disciplina a no ser que las cosas cambien mucho».

Tras estos informes, el Consell pedirá la situación urbanística de Sa Graduada dentro del Plan General de Ordenación Urbana y la situación en la que figura en el Plan Territorial Insular para actuar en consecuencia.