Kico Martín, el primero por la izquierda,durante la presentación en Mallorca de su nuevo desafío.

Si ya es duro estar 15 horas a bordo de un coche, un avión o incluso sentado cómodamente en la silla de la oficina, cuánto puede llegar a serlo dando paladas en el agua. Algo sólo al alcance de superdotados. Ahora multipliquémolos por tres, los días consecutivos que se repetirá la hazaña; eso ya es cosa de superhombres. Categoría a la que pertenece Kico Martín, el piragüista mallorquín que hoy saldrá de la Cala Sant Vicent a las 20'00 horas rumbo al Port de Cala Nova. El atleta intentará cubrir la distancia entre Eivissa y Menorca con una etapa en la que recorrerá la distancia entre Palma y Manacor. Además de demostrar que los límites de la resistencia humana son incalculables hay una causa solidaria de por medio: apoyar a los afectados de fibrosis quística y a su asociación balear.

Distancias que rondan las 50 millas a una velocidad de 3'5 nudos. No es la primera vez que Kico intenta una hazaña del género. Ya en 2004 realizó la travesía Palma-Barcelona sin efectuar ninguna parada. Ahora, tras una intensa preparación, se lanza a su siguiente reto.

El piragüista partirá siempre por la tarde: «No sólo porque hemos querido que la gente pueda ir a las salidas y llegadas, sino porque es mucho más cómodo remar por la noche. Estar tres días seguidos al sol durante 15 horas te merma mucho físicamente», reconoce. Con calor o sin él, la dureza siempre existe: «Uno de los principales problemas puede ser la climatología, el estado de la mar, aunque los estudios parecen indicar que estará bien, aunque esto nunca se sabe a ciencia cierta. A día de hoy [por ayer], podemos asegurar en un 75 % que las condiciones serán buenas», anuncia.

A pesar de que los entrenamientos han sido intensos y Kico llega en un buen momento, otro de los problemas con los que se puede encontrar es el estado físico: «A veces puede llegar por una mala hidratación, o por no comer adecuadamente», señala. Para evitar pájaras, cada media hora se hidratará. Y cada 3 ó 4 horas hará una parada de dos minutos para secarse: «Las ampollas en las manos por la humedad y el roce son un gran inconveniente», dice. La dieta que seguirá mientras reme será casi exclusivamente a base de líquidos y bebidas o barritas energéticas. Cuando llegue a puerto ya tendrá tiempo de recuperar fuerzas con comidas más consistentes

Pero Kico no estará solo en el mar. Un socorrista y un fisioterapeuta a bordo de un barco velarán por su seguridad. Cuando sea necesario, irá delante para marcar el rumbo, aunque en esta ocasión confía en que la visibilidad sea buena. Si todo va bien, el domingo por la mañana llegará a Maó. Iván Muñoz