Los médicos del servicio de Urgencias de Can Misses convocaron ayer una asamblea para informar a sus compañeros del hospital, sobre todo a los médicos que hacen guardia de presencia física, que este verano no contarán con refuerzos. «Estamos preocupados. El servicio se va a desestructurar. Tememos que se empeore el tiempo de estancia y se merme la calidad asistencial», auguró ayer Paco Muela, adjunto al servicio de Urgencias del hospital Can Misses. «Aunque demos la mejor asistencia del mundo, si la damos tres horas después ya no es lo mismo», añadió.

Los médicos han pedido «lo estrictamente imprescindible», dijo Muela. Es decir, tres médicos más de refuerzo que se contratan de junio a septiembre para hacer frente al aumento de presión asistencial que se registra en verano, el mismo que cada año negocian con la Gerencia. «Si pedimos un refuerzo no es por gusto», comentan. Advierten, además, de que ya se está viendo un volumen de trabajo muy alto, por lo que temen «una temporada dura». En lo que va de año se han atendido unos 600 pacientes menos.

Los profesionales sanitarios no comparten la opinión de la dirección de que no es necesario el refuerzo porque el año pasado descendieron las urgencias. «Es un argumento ridículo; fue el primer y único año que ha bajado la presión asistencial», dicen. Además, recuerdan que en 2003 se registró la peor temporada de la historia de Urgencias y hubo un repunte, con lo que aseguran que los datos del año pasado «dan una falsa imagen de mejoría», ya que en 2004 también se abrió por la noche el servicio de urgencias de Es Viver.

Los médicos anunciaron que darán a conocer esta situación a la opinión pública. «Avisamos de que pueden haber problemas de urgencias», comentaron.

El servicio ispone de nueve médicos adjuntos y, además, cuentan otros cuatro médicos más que hacen el horario de tarde y noche, el mismo que hacia el servicio de urgencias de Es Viver cuando se desplazaba a Can Misses.