Para el conseller electo de la isla, «era obvio que no todas
habían sido tenido en cuenta porque era imposible, sobre todo
porque se trataba de casos específicos y que nada tenían que ver
con el espíritu o filosofía del PTI, pero sí hubo un sentimiento de
comprensión del alcance del nuevo Plan Territorial Insular».
Mayans señaló además que aunque el PTI establece unos mínimos y
máximos, en el caso de Formentera ha habido determinados aspectos
que se han tenido en cuenta como es el de la computación de
terrenos afectados por protecciones o servidumbres, bien sea a
Costas o a Carreteras, que en mayor o menor grado serán
contabilizados, aunque en ellos no se pueda construir pero no
perderán su valor a la hora de definir las parcelas mínimas. Mayans
destacó, además, que serán, en última instancia, las Normas
Subsidiarias de la isla las que acabarán de perfilar en los
próximos dos años los aspectos más relevantes en cuanto a las
posibilidades de construcción o necesidades imperiosas de
protección de determinados espacios.
Un aspecto que Josep Mayans definió como sustancial y básico
como mejora de la situación y delimitaciones y especificaciones fue
que las calificaciones de rústico se revisaron teniendo en cuenta
las fotografías aéreas efectuadas en 2002, que permiten una mayor
concreción de la realidad y no se remiten a imágenes muy viejas que
no tienen nada que ver con las circunstancias actuales.
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