Las motos antiguas abrían el desfile que presenciaron multitud de personas en la calle Sant Jaume.
Foto: GERMÁN G. LAMA

El tiempo se detiene año tras año eprimer diumenge de maig, el día grande las fiestas de Santa Eulària recupera las tradiciones de antaño que toman el pueblo. Ayer no era extraño ver a mucha gente vestida con sus trajes pageses ante la mirada de los turistas que aprovechaban para hacer unas fotos e inmortalizar la tradición de un pueblo que se viste de gala en un día tan señalado. A las 11 de la mañana, los vecinos acuden a la misa solemne de Puig de Missa seguida de ball pagés y la actuación del grupo folklórico Paca Briceño de Cádiz. Mientras tanto, el pueblo se transforma en un hervidero de gente que espera el tradicional desfile de carros, coches y motos antiguas por el pueblo paseando por las calles, viendo la feria de maquinaria agrícola y automoción del paseo de S'Alamera o algunos, ajenos a la fiesta, dándose un baño en la playa aprovechando las altas temperaturas registradas estos días.

Pasadas las doce del mediodía, la banda de majorettes de Santa Eulària abría el desfile y la gente se agolpaba en la calle Sant Jaume para contemplar el desfile de carros antiguos que rememora la tradición de antaño en la que los pageses engalanaban sus carros para «anar a maig». Previamente, las motos, como Bultaco o Montesa , y los coches antiguos recorrían las calles: Citroen 2 CVS, Seat 600, Simca, el Citroen Tiburón y vehículos negros que a más de un paseante le recordaba a la época de ganster y mafias. El calor hacia mella y algunos de los automovilistas embutidos en coches diminutos se abanicaban para que un soplo de aire fresco aliviara el calor de la jornada.

La expectación crecía entre el público cuando la Agrupación Musical Nuestra Señora de Los Dolores de Eivissa abría el tradicional desfile de carros antiguos con placas en las que se hacía mención al municipio y a su uso, como «San Juan Bautista, agrícola». Vestidos de pageses y con instrumentos musicales, rememoraban épocas pasadas.