El naranja fue ayer símbolo de solidaridad en el paseo de Vara de Rey. Era el color de las camisetas que durante esta semana ha repartido el Ayuntamiento de Eivissa para todos los que colaboran con la Muestra Solidaria, que ayer celebró su quinta edición. Desde por la mañana, el céntrico paseo fue una fiesta donde casi medio centenar de colectivos y asociaciones dieron a conocer sus acciones, destinadas a ayudar a los más necesitados y hacer que las Pitiüses y el planeta Tierra sean un lugar más justo, pacífico y con menos diferencias.
Agrupaciones locales y grandes organizaciones se unieron ayer para hacer un llamamiento a la población y concienciarles de la necesidad de tomar partido para conseguir que sus causas lleguen a buen fin. Algunas de sobra conocidas y con grandes recursos, como Cruz Roja, que tenía instalada varias mesas y el autobús utilizado para realizar las donaciones de sangre. O Cáritas, que además de explicar cómo se emplean los fondos recaudados entre la población recogía firmas para pedir a los gobiernos más poderosos que condonen la deuda de los países pobres. Otras, más pequeñas pero no por ello menos conocidas, daban a conocer sus actuaciones a la vez que intentaban sacar algún dinero para emplearlo en sus causas con la venta de productos artesanos. Allí estaba el grupo ecologista Amics de la Terra y los defensores de la naturaleza de Green Heart, las asociaciones para discapacitados APNEEF, ASPANADIF y DEFORSAM, un estand que explicaba las labores llevadas a cabo en Tailandia tras el tsunami por iniciativa del ibicenco Nicolas Serra y multitud de colectivos regionales e internacionales. Cada uno de estos últimos mostraba su función integradora en la sociedad de Pitiusa, ayudando a los inmigrantes en todo lo necesario para que su instalación sea lo más fácil posible. Otros pedían el apoyo a la hora de realizar algunas reivindicaciones, como la asociación de uruguayos, que recogía firmas con las que dirigirse al Gobierno para que se cumpla el artículo 8º de un tratado firmado en 1870 por el cual «los súbditos» de ambos países «podrán ejercer libremente sus oficios y profesiones», según se reflejaba en la cuartilla repartida y que reproduce parte del texto. I.M.