Una máquina tractora aplana, ayer, los residuos vertidos por los camiones en el primer depósito 'legal'.

Así se pone fin a décadas de acumulación incontrolada de basura en el vertedero de la isla y que ha llevado al Tribunal de Justicia de la Unión Europea a condenar al Reino de España por incumplir la normativa comunitaria. La asociación Hábitat y Basuras también mantiene un litigio con Herbusa por la supuesta actividad «ilegal» del vertedero y que, pese a que ya arrastra 14 años de diligencias, el juez aún no ha decidido si se debe celebrar juicio.

A partir de ahora toda la basura que entre en ca na Putxa se acumulará en una celda impermeabilizada del terreno y con un sistema de evacuación de lixiviados. Este primer depósito tiene capacidad para almacenar 250.000 toneladas. Cada celda tiene una capa de bentonita (material que actúa como una capa de un metro de arcilla), sobre la que se añade otra de polietileno. Una empresa se dedica exclusivamente a verificar y controlar la impermeabilidad de esta capa, sobre la cual luego se añade un manto de protección de geotextil, arena y grava silicia. Se utiliza este tipo de grava importada de Tarragona porque el material de la isla, que es de roca calcárea, podría deshacerse en el proceso químico de descomposición de la basura. En total, el proyecto de reforma del vertedero contempla la construcción de siete depósitos controlados, más otro para el vertido de despojos animales y sanitarios. La reforma contempla, en una segunda fase, la construcción de una planta de selección y compostaje, así como una depuradora para tratar los lixiviados y el agua que entre en contacto con la basura. Hasta que no se construya esta planta, la UTE extrae los lixiviados y el agua del depósito con camiones cuba que los trasladan a la depuradora.