Como tres comandos en acción, y con una frecuencia de tres veces por semana, grupos de alumnos de la Colegio Público Puig d'en Valls se dedican a reciclar papel de plata, papel y cartón; y también a apagar las luces del centro, siguiendo con la campaña «L'Aposta» dedicada a concienciar a los alumnos sobre los impactos del efecto invernadero, el cambio climático y los hábitos de consumo de energía.
Se trata de la tercera edición de esta campaña que ya cuenta con la participación de 2.000 alumnos y 100 profesores pertenecientes a 15 centros educativos de enseñanza primaria y secundaria de las Pitiüses. El año pasado, la emisión de 80 toneladas de CO2 fue evitada gracias a la colaboración de los estudiantes, y particularmente en Puig d'en Valls, fueron 1.320, los kilos de CO2 ahorrados por los más de 500 alumnos de este centro.
«Lo bueno es que puedes hacer salera», comentaba uno de los alumnos encargados de la limpieza de esta semana, que junto a sus compañeros de 4º C, 6º C y 6º A se reparten los miércoles, martes y jueves de la semana para vaciar las papeleras de las 22 clases del colegio y dejarlas en el contenedor adecuado.
Aunque se trata de una actividad de ahorro y reciclaje que los alumnos realizan desde siempre, la profesora y coordinadora, Edu Sánchez, asegura que la campaña «L'Aposta» les ha ayudado con la organización de las actividades: «Nos dan material, ideas y hacemos reuniones de profesores».
La misma información que los niños aprenden en el centro educativo llega en forma de resultado después de pasar por casa y, por ello, uno de los logros más significativos es la disminución del papel de plata que se pueden encontrar en el patio del colegio después de la campaña del año pasado: «Si hay menos demanda de papel de plata habrá menos producción que es lo más contamina», comenta la coordinadora para quien trabajar esta clase de hábitos y durante mucho tiempo «funciona porque después se hace rutina».
Ayer fue el turno de Ainoa, Ana, Eva, Inés, Àlvaro, Noemí y Rubén que realizaron la limpieza en un tiempo récord mientras que Noelia y Esperanza se encargaron de apagar las luces.
La recolección de basura orgánica, que aumenta los miércoles porque es día de fruta, sirve para hacer un compost con el que los alumnos nutren las plantas aromáticas que crecen en el invernadero del patio del colegio. Toda una «salera» de futuro, que mediante la rutina los alumnos están construyendo. L.A.