Año nuevo, vida nueva. Es de sobra conocido este dicho que se repite todos los primeros de enero. Son muchos los que aprovechan el significativo cambio de fecha para llevar a cabo cambios en sus hábitos.
Conseguirlo es más difícil, pero lo cierto es que una gran porcentaje de gente lo intenta. Al menos en lo que a alimentacion y deporte se refiere. Los excesos cometidos durante las Navidades provocan que el que más y el que menos gane unos kilos, que en algunos casos se añaden al lastre ya arrastrado antes de las fiestas.

No es extraño, por tanto, que sea justo ahora el periodo en el que los gimnasios y centros deportivos experimenten uno de los mayores incrementos de clientela. Una legión de atormentados por sus remordimientos de conciencia se disponen a cumplir penitencia en las salas impulsados por una inusual motivación, pero que muchas veces es ficiticia. «Efectivamente, es mediados de enero la fecha en la que más gente se apunta a nuestro gimnasio», explica Vicente Segovia, presidente de la cadena de gimnasios Fraile y especialista en nutrición. Afirma que justo antes del verano también se produce un aumento considerable en las inscripciones, pero que quizás sea el actual el más significativo, con un 30% de clientes más de los que suelen tener normalmente: «De ellos, más o menos la mitad no aguantan más de unas semanas o un mes», asegura.

Lo mismo advierte Jorge Giménez, preparador físico del gimnasio Fraile, en Eivissa: «Podemos decir que hay un 25% de personas más que en otras fechas, que suelen aguantar como máximo 2 meses inscritos, aunque por supuesto siempre hay excepciones». No todos son profanos en la disciplina del culto al cuerpo, lo que hacen es retomar con más fuerza lo que tenía abandonado: «Algunos han dejado de venir en diciembre y vuelven ahora con el propósito de recuperar la forma y perder algo de peso», dice Joaquina Molina, recepcionista del gimnasio Master Gym de Sant Antoni.
Y es que es esa la principal preocupación: la quema de calorías. «A diferencia de lo que pasaba hace diez años, en lo que se buscaba era la musculación, ahora se pretende bajar peso», informa Vicente. Por eso son las máquinas de ejercicios aeróbicos, como las cintas para correr o las bicicletas estáticas, las que más éxito tienen. Algo positivo, pues son las más recomendadas por los monitores a aquellos que no tienen experiencia, ya que tienen menos riesgo de lesión. También tienen buena acogida las clases dirigidas, como el spinning (ejercicios aeróbicos sobre una bicicleta estática al ritmo de la música), y el método de gimnasia pilates (tonificación muscular mezclada con estiramientos y relajación). Estas últimas son las escogidas mayormente por chicas, mientras que los hormbres prefieren la sala de pesas. Iván Muñoz