El Consell Insular iniciará los trámites para declarar Bien Catalogado (BC) el antiguo edificio de la Comandancia Militar de Eivissa, enclavada en el Soto, con un informe favorable de la Universitat de les Illes Balears (UIB), firmado por Catalina Cantarellas, Catedrática de Historia del Arte. Curiosamente, el Consell dispone de otro informe, que es desfavorable, realizado por el Institut d'Estudis Eivissencs (IEE). La Ley de Patrimoni determina en su artículo 96.4 que tanto la UIB como el IEE son instituciones consultivas de la administración y, en su artículo 9.1, especifica que será suficiente el informe favorable de una de ellas para incoar un expediente de protección. El Consell pretende declarar Bien Catalogado este edificio, situado al pie de las murallas de Dalt Vila, y reconvertirlo en un centro de estudios universitarios. La idea es ubicar allí los futuros estudios de Ciencias del Mar y el archivo de imagen y sonido de Eivissa.

Catalina Cantarellas, Catedrática de Historia del Arte de la UIB, es quién ha realizado el informe favorable a la declaración del edificio de la Comandancia Militar como Bien Catalogado (BC). En su informe, Cantarellas afirma que este inmueble tanto por su arquitectura como la memoria histórica, el edificio puede ser declarado Bien Catalogado, lo cual contrasta con el otro informe realizado por el IEE, que, entre otras cosas, argumenta que «históricamente la antigua Comandancia Militar no tiene precedentes» y que desde un punto de vista arquitectónico, es «un edifico insustancial». Este último informe está firmado por el presidente del IEE, Marià Serra, y el secretario, Joan Guasch. Resulta curiosa la visión antagónica de los dos instituciones consultivas. El IEE también cuestiona si vale la pena catalogar un edificio que habrá que «rehacer y remodelar». El Ayuntamiento de Eivissa pretendía echar abajo este inmueble, pero el nuevo gobierno insular del PP lo ha impedido. El debate sobre la conservación de este inmueble viene de lejos. Este periódico consultó hace un año a algunos especialistas en la materia para valorar la conveniencia o no de mantener en pie la antigua estructura militar.

El presidente del Colegio de Arquitectos, Xavier Planas, se mostró partidario de «salvarlo», mientras que Salvador Roig, Elías Torres, Martínez Lapeña y Xavier Pallejà, todos ellos también arquitectos, se decantaron por la demolición del inmueble, tal como ya expresaron en 2001 en el proyecto del Plan de Viabilidad de Usos del Castillo.