Así lo informó ayer el portavoz del Ejecutivo balear, Joan
Flaquer, después del Consell de Govern, durante el cual también se
expresó la disposición de la administración autonómica a dialogar
con la central e incluso a reconocer que «en algún punto» Madrid
tiene razón respecto a las actuaciones de Balears. Según comentó en
rueda de prensa, durante la habitual reunión de los viernes el
Govern puso de manifiesto su «preocupación» ante la actitud
«obstruccionista» que está mostrando el Gobierno central respecto a
las aportaciones a Baleares.
A este respecto, el también conseller de Turisme citó la
intención del Ministerio de Fomento de liquidar el convenio de
carreteras, y otros acuerdos relativos a proyectos exclusivos de
Mallorca. Asimismo, hizo referencia al retraso en la equiparación
del plus de insularidad de los empleados públicos de Baleares, a
pesar de que, dijo, es un acuerdo aprobado por el anterior Gobierno
del PP, y a la «marginación» de la Comunidad con las ayudas al
olivar.
Flaquer hizo hincapié en que los ciudadanos de Balears no tienen
por qué pagar las divergencias entre los gobiernos central y
autonómico por ser de distinto color político y por ello expresó la
disposición del Govern a establecer «puentes de diálogo» que
permitan a Baleares seguir con su apuesta por la «modernidad y «la
mejora de las infraestructuras», camino que «no tiene retorno».
Por su parte, el diputado nacional del PP Enrique Fajarnés
afirmó que la estrategia política socilista es de «auténtica
deslealtad institucional», incumpliendo incluso «sus promesas
electorales». El diputado insistió en que el PSOT tiene «el claro
objetivo de boicotear todas las inversiones del Estado en las
islas». Acusó también a ERC y el resto de partidos minoritarios de
«instigar» este boicot con proposiciones no de ley en el
Parlamento.
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