La isla de Formentera se vanagloria en su publicidad de ser el «último paraíso» turístico y sin embargo parece ser que en la propia isla hay personas y empresas que se obstinan en contrarrestar la publicidad exterior con prácticas deleznables. Unas prácticas que pasan por alquileres abusivos, alquileres de viviendas que no pueden considerarse sino como zulos según palabras del del delegado de Turismo del Govern en las Pitiüses, Cándido Valladolid, y que no hacen otra cosa que torpedear la continua promoción de la isla en mercados extranjeros.

Valladolid ha señalado que «lo que está pasando es que se están recibiendo cantidad de denuncias sobre una oferta que evidentemente no está reglada y que la gente que alquila estas viviendas parece ser que no lo sabe y así si hace poco se hablaba de zulos ahora se habla de auténticas pesadillas y comparan, como las turistas portuguesas en cuestión, sus vivencias en Formentera a las películas más angustiosas de Alfred Hitchcock».

El último caso que se ha conocido se produjo en agosto pasado y se refiere a un grupo de once jóvenes portuguesas que venían a pasar una semana a Formentera y que desde que llegaron las siete primeras, la avanzadilla, todo fueron problemas de toda índole que pasaron por un robo en la vivienda y las correspondientes diligencias policiales y judiciales. El robo no fue pequeño, ya según se indica en uno de los atestados de la Guardia Civil, el valor de lo sustraído se acerca a los 2.000 euros. Lo peor de todo es que las personas que entraron en dicha vivienda eran antiguos inquilinos, y que lo hicieron porque según decían se habían olvidado unas pertenencias.

El dossier enviado por las perjudicadas al Consistorio hace un relato pormenorizado de los problemas que sufrieron y adjunta copias de las denuncias policiales, de los atestados de la Guardia Civil y otros comprobantes para explicar lo que ellas mismas denominan la pesadilla de Formentera .

«Con el trabajo que no está costando introducirnos en el mercado portugués -señalaba Valladolid-, sucesos como éste repercuten muy negativamente en la imagen exterior de Formentera». Valladolid tiene previsto enviar en unos días una carta a la portavoz de las afectadas mediante la cual se las invita a pasar una semana en Formentera a cargo del Patronat Municipal de Turisme como acto de desagravio y para que vean que Formentera es muy distintas de la vivencia por la que ellas pasaron este verano.

En la mayoría de los casos se trata de alojamientos turísticos, «turísticos entre comillas», según Valladolid, ya que no están regulados y eso no quiere decir que no puedan alquilar sus viviendas, siempre y cuando se ajusten al régimen de alquiler de viviendas entre particulares, pero lo que no puede ser de ninguna manera «es que se alquilen lugares sin las más mínimas condiciones o que se produzcan auténticos robos en los alquileres y, en este caso concreto, robos de las pertenencias de quienes se alojaban en dicha vivienda».