Tras la polémica surgida en las últimas semanas en torno al futuro
urbanístico de Can Escandell, el ejecutivo local del Ayuntamiento
de Eivissa quiso ayer dejar claras cuales son sus intenciones para
este sector, en el que pretende que se construyan cerca de 600
viviendas de protección oficial (VPO) que se edificarán en tres
parcelas de terrenos con una superficie próxima a los 50.000 metros
cuadrados (40.000 sin viales) y que pasarán a convertirse en
urbanizables, aunque en la aprobación inicial de la revisión del
Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) eran consideradas
rústicas.
El alcalde, Xico Tarrés, explicó que la intención es que las
VPOs se destinen fundamentalmente a jóvenes con ingresos inferiores
a los 39.000 euros anuales estableciendo unos precios «muy por
debajo del mercado». La mayor parte de las viviendas, con una
superficie que rondará entre los 70 y los 90 metros cuadrados,
serán de alquiler, por «unos 300 o 400 euros mensuales»,
especificó. El resto se destinará a la venta, con precios cercanos
a los 108.000 euros (18 millones de pesetas). En una de las
parcelas se construirán edificios con planta baja y dos alturas y
el resto serán de planta baja y tres pisos.
El concejal de Urbanismo aclaró que, teniendo en cuenta que
algunos terrenos son de propiedad municipal y otros privados, en
unos casos el Ayuntamiento hará de promotor y en otras se impulsará
la iniciativa privada ajustándose a las condiciones marcadas por la
administración municipal. Torres destacó que «la edificabilidad en
el total del polígono no irá más allá del 0,2 por ciento».
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