A una semana de la entrada en noviembre, los habitantes de Sant Rafel sufrieron ayer en sus carnes el día grande de sus fiestas patronales más caluroso que se recuerda. La gente que no cabía en la iglesia a la hora de la misa se pegaba a las blancas paredes del templo, formando una larga cola humana, en busca de un pequeño refugio en la sombra. Obviamente todo el mundo hablaba de lo mismo: el calor. Una señora recordaba, por ejemplo, que el año pasado acudió a la misa con traje de chaqueta de manga larga, algo impensable ayer para el pueblo llano. Hasta los políticos, vestidos con traje y corbata como mandan las costumbres, no paraban de asirse la chaqueta para que pasara alguna bocanada de aire. Y el que peor lo pasó fue el conseller balear de Comerç, Indústria i Energia al que le tocó encabezar la procesión con la bandera a cuestas.

El presidente del Consell, Pere Palau, confesó al término de la misa que nunca había vivido un día de Sant Rafel tan caluroso como este año. Y evidentemente nadie dijo lo contrario. El Centro Meteorológico de Balears asegura que este mes las temperaturas se sitúan casi tres grados por encima de lo normal. «Este año el verano tardó en llegar y parece que por eso ahora le cuesta marchar», decía un vecino de Sant Rafel tras refrescarse el gaznate con un buen trago de vi pagès. El acto litúrgico comenzó puntual a las 12,30 horas, pero se prolongó más de lo habitual hasta casi las 14 horas, cuando el patrón salió a hombros de la iglesia en procesión con la escolta de sa Colla de Sant Rafel y las autoridades, con el conseller José Juan Cardona a la cabeza de la comitiva. También hubo un desfile de carros que precedió al ball pagès y el tradicional reparto de bunyols y vi pagès. La clase política y algunos vecinos buscaron refugio de las altas e inusuales temperaturas en la vicaría, donde se sirvió un aperitivo. La fiesta se trasladó luego a los bares del pueblo.

Por la tarde se disputó un trofeo especial de carreras de trotones en el hipódromo de Sant Rafel como preludio a la actuación musical de Sambacaray y la de Philadelphia. El día grande se cerró a medianoche con un castillo de fuegos artificiales. El último acto festivo tendrá lugar el próximo sábado en el hipódromo de Sant Rafel con la organización del II Gran Día del Motor, con autocross, motocross y, entre otras cosas, una exhibición de Free Style.