El presidente del Consell, Pere Palau, tiene asumido que la
Plataforma antiautopista realmente quiere que «no se toque nada».
«Recuerdo que en la primera reunión que mantuvimos con la
Plataforma, y después de dos horas y media de hablar sobre el
proyecto inicial de la carretera de Sant Antoni, un señor se
levantó y nos dijo: 'Nosotros no queremos que se haga nada en la
carretera'», explicó ayer Palau, que, por otra parte, entiende que,
tras las críticas a la última versión del proyecto, este colectivo
al menos mantiene «un discurso coherente».
Así respondió ayer el presidente del Consell a las críticas de
la Plataforma, que en la noche del lunes acordó en asamblea su
rechazo a la construcción del túnel de Sant Rafel y la variante de
can Tomàs, entre otras cosas. Palau reiteró ayer que el túnel y la
variante obedecen a «criterios políticos y técnicos muy acertados»
con el objeto de «unir núcleos de población en lugar de
dividirlos». «Si hiciéramos la carretera de cuatro carriles en
línea recta en can Tomàs tumbaríamos siete u ocho casas, y de eso
nadie habla. A nosotros, en cambio, sí nos preocupa», subrayó el
presidente del Consell.
Los 'antiautopista' aseguran que la mayoría de los vecinos de
Sant Rafel se oponen a la construcción del túnel, en contra de lo
que mantiene la consellera de Carreteras. También reivindican que
el proyecto definitivo, dado que se han producido cambios
sustanciales, se someta a exposición pública.
El presidente del Consell afirma que, «en líneas generales», las
asociaciones vecinales afectadas están de acuerdo con el proyecto
definitivo. «La actuación es necesaria. Los vecinos lo aceptan y
los intereses generales deben estar por encima de un organismo [la
Plataforma antiautopista] que no tiene ni personalidad jurídica. Sí
la tienen las entidades con las que hemos hablado y con las que
creo que llegaremos a un acuerdo», dijo Palau.
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